HabrÃa que empezar aclarando que soy un maldito egoÃsta, y «me olvido» de la demás gente centrándome en mà demasiado a menudo.
Ayer, por ejemplo, fue uno de esos momentos. Una vez acabado el concierto de los imitadores de Queen decidà sin pensármelo mucho acoplarme a mi más mejor amigo, cosa que hago por costumbre y he cogido como rutina. SÃ, reconozco que aquà volveréis a recordarme aquello de que soy un cabrón.
Lo que hacÃa diferente a lo de anoche es que ya el pobre chico tiene algo mejor que hacer que salir con nosotros por ahÃ, el muy afortunado ha encontrado a una chica que le quiere, a quien tiene tiempo para ver, y a quien le caigo simpático. Pero estos detalles escaparon a mi conciencia en el momento en que me dijo que hablarÃa con ella para ver si no habÃa problema, y concluir que no. Y yo tan feliz.
Por suerte, me dà cuenta a tiempo y pude reaccionar con un mensaje que incluÃa la palabra «sujetavelas» en el texto, queda claro de lo que iba. DecidÃ, un poco tarde, llamar a otros colegas para ver si salÃan, afortunadamente sà -«afortunadamente», otra muestra más de mi ególatra existencia-.
Y todo esto viene a cuento de las cosas que cambian cuando la primera persona a la que llamas para hacer cualquier cosa o contarle la última estupidez que has vivido no está disponible en este momento.
Encajo bastante bien los golpes, y sinceramente, me alegro muchÃsimo por él. Porque sé que se merece algo asÃ. Pero eso no impide que deje de pensar en mÃ.
Cambian pocas cosas, aparentemente todo sigue igual, pero las poquitas cosas que cambian tal vez sean las más importantes. Tener disponibilidad total de tu amigo, servicio amistad 24 horas al dÃa. Eso se reduce. «Ella y yo habÃamos pensado en ir a tal sitio», no se dice, se piensa, pero esas frases siempre terminan con un «y habÃamos pensado ir sólos». Insisto en que me parece estupendo que él pueda disfrutar de ello.
Haciendo lo que mi psicólogo (que es él) me recomienda que haga, me pongo en su lugar, y yo harÃa exactamente lo mismo, sin pensármelo. Lo comprendo perfectamente, y es normal que su horario se reduzca para hacer lo de siempre, e intente estirarlo para pasar el mayor tiempo posible con ella. Y lo más difÃcil de ambas cosas, compatibilizarnos y adaptarnos al mismo sitio en el mismo tiempo.
Un ambiente en el que él se encuentre completamente cómodo con nosotros y con ella.
En fin, es algo que desde fuera parece complicado, adivino que desde dentro lo es infinitamente más. Una solución que se me ocurre es que yo encuentrea ese alguien también, pero no es tan fácil como nos enseñan en las pelÃculas.
Y escribo esto sabiendo que lo va a leer. Por eso mismo te digo que me parece estupendo todo lo que haces y te apoyaré en ello. Suerte con tu examen.
Visto en: Viernes noche, estupidez congénita.