• El coco, depilación total y pendientes en los pezones

    También podría haber titulado esto como «la historia de gimnasio más grande jamás contada», pero sería recurrir a algo demasiado novelesco, incluso para un caza enlaces como yo. Os presento tres posts semi-independientes en uno.

    Parte 1, el coco.

    Ayer volví al gimnasio después de unos días sin pisar por allí, y nada más entrar me dí cuenta de la cantidad de gente que se había apuntado, supongo que aprovechando el tirón de los corticoles, el volver a empezar y que los niños están en clase. En tres semanas se irán todos y nos quedaremos «los de siempre». Este efecto de masificación no me llamó la atención en absoluto si lo comparamos con mi asombro al ver al coco.
    El coco es ese personaje de ficción creado por padres y abuelos para que los niños tengan miedo y así se coman las acelgas, si no se las come se los llevará, como nadie sabe a dónde de zagal siempre supuse que no habría sitio peor que una cocina en la que tenías que comer acelgas. Que el coco de los cuentos no sería tan fiero como lo pintaban. Tal vez me estuviese equivocando.

    En los vestuarios me encontré con un personaje cuya asombrosa sombra dejaba entre ver a un hombre sin sombrero asombrado por cómo la taquilla absorbía su euro, una acción que le dejaba absorto, aunque lo que asombraba era él y su asombroso aspecto (podéis aplaudir asombrosamente en este punto de la narrativa mostrando vuestra aprobación a mi locuaz, sensata y lógica utilización de la lengua castellana).
    El hombre no era gordo, ni acaso orondo. El hombre era muy obeso. No grande, porque de estatura no levantaba más que Torrebruno, en cambio de ancho lo triplicaba. O eso, o debajo de sus ropas vestía cojines para recoger el sudor y así aparentar más talla de la que tiene.
    La duda no duraría mucho, es un vestuario: la gente se desnuda. Y él, como intento de humano, también. (más…)

  • Manel Fuentes ahora te odio más (aún)

    Después de quedar bastante claro que Manel Fuentes no me hacía nada de gracia, ahora veo que fue el encargado de la presentación de Halo 3 en España, cosa que me daría bastante igual si no fuese porque Microsoft se trajo a Carmen Electra para cubrir el evento de Madrid.

     


    «Te miro a los ojos porque hoy no traes escote»

    Vale, seguramente sea un juego maravilloso, pero no me gustó el primero y pasé de la saga. Otra cosa es tener que presentar al lado de semejante mujer, que bendito sea el cirujano que la parió, oiga.

    Visto en: Meristation.

  • Tipos de mujeres

    I love a woman who can kick my ass.

    Spike Spiegel.

    Visto en: Comboy Bebop, la película.

  • Con fatatas, por favor

    Me gusta el fútbol, y no me cuesta reconocerlo. Es más, apoyo a un equipo de segunda, pero tampoco me da vergüenza decirlo. Mi equipo es la Real, y no juegan bien, pero es así.

    Por contra, sí soy muy extremista en otro aspecto, los equipos denominados «grandes», sobre todo el Real Madrid y el Barcelona. Los odio, soy antimadridista y antibarcelonista.
    Los madrileños por su orgullo y también por el presidente que se han echado, los otros porque dicen ser més que un club, lástima que sean mucho menos que un equipo. Y salvando a Messi los demás no pringan.

    Mi disgusto odio a estos a equipos es su poder de talonario. Ya es que me da igual que no cuiden su cantera y se gasten millones en contratar («fichar» no me convence) a jugadores foráneos, porque esto lo hacen todos, si no que los mejores equipos se agencian los peores árbitros.
    Me explico, ¿qué árbitro termina siendo protagonista de un Celta-Levante, por lo general, ninguno? En cambio, por qué un árbitro siempre es decisivo en un Real Madrid-X o Barça-Y?
    Por la pasta, por asfalto, por un cuento de hadas que es falso.

    Me gustaría creer que siempre están arriba porque se lo merecen, pero para mentirme a mí mismo prefiero decir que me parezco a Brad Pitt mientras me miro en el espejo. Me gustaría creer que terminan estando en Champions por su «capacidad goleadora». Y sin embargo te quiero siempre termino viendo cierto bulto sospechoso.
    Como ejemplo, el domingo pasado decidí disfrutar del primer Valladolid-Madrid en unos años, el ascendido rompe récords contra el campeón de liga. Y no me gustó, el arbitraje (que era claramente favorable al grande, incluso fuera del Bernabéu) no levantó demasiadas quejas. ¿Se da por hecho que los de blanco saldrán beneficiados?

    Sí, me temo que sí.

    No contentos con esto se disponen a comentar un partido que gracias a su suerte pudieron empatar con las frases del tipo: «El Valladolid ha aguantado bien nuestro ritmo». Valientes hipocritas… no sólo estamos obligados a regalaros faltas y comernos las vuestras sino que encima tenemos que agradecer que no hubieseis apretado más.
    Si por cualquier error de cálculo monetario uno de estos equipos pincha (no pierde) se debe a que les han dado una lección de humildad. No vaya a ser que el otro equipo sea mejor, sino que los pobres Robinhos, Eto’os, Raúles etc se han despistado un poco.

    Por favor. Si un equipo cualquiera les gana no es por humildad y buenas intenciones, no amigos, es porque les han enseñado a jugar bien, les han enseñado a que por mucho talonario que se tenga no es suficiente para todos.

    Pagaría bastante por ver a estos dos equipos luchando por la permanencia, o incluso dejándose los dientes en el ascenso de segunda a primera. Utopía.

    Visto en: Y los domingos por la tarde me abandona.

  • Literatura hispánica

    Desde que murió Bécquer lo único bueno que se ha escrito en este país ha sido El Capitán Trueno, y se lo quieren cargar con una película.

    Yo

    Visto en: Sigo sin comprende por qué cuesta menos un libro editado en España en Amazon que en la librería de al lado.