El que avisa no es traidor, y si os digo que es posible que no entendáis mucho de lo que se dice a continuación es porque es posible, pero es asÃ, soy estudiante de informática, si fuese un reconocido economista, pues… estarÃa en territorio guanche.
Ayer me contó Alexliam que ya le tocaba renovar el dominio (alexliam.net), algo que suele hacerse una vez al año, dependiendo lo contratado, y yo que quise hacerme el graciosete utilicé la herramienta que trae Ubuntu (vale, Mac OSX también) para realizarle un whois y darle un susto.
Mostrarle su dirección fÃsica (postal) sin venir a cuento y tal, cosa que en principio podrÃa acojonar a cualquiera, pero Alexliam no conoce el miedo, es el enviado del FSM en la tierra y como tal su furia no conoce fronteras, hasta Chuk Norris vive acongojado, pues es sabio conocedor de la fuerza que Alexliam emana. Pero esa es otra historia.
Bien, como querÃa exprimir un poquito más mi juguete nuevo me puse a meter direcciones, conocà a John Doe de casualidad (no sabÃa que viviese en Montreal) y me hizo gracia, asà hasta empezar a desvariar y meterme con los pesos pesados del reino de los blogs. Hasta llegar a la cúspide y encontrarme de bruces con el de Microsiervos, todo a nombre de Alvy. Y esto, siendo sincero, me asustó un poco.
El resultado que me dio la máquina no fue sólo la dirección del blogger, también su teléfono personal (en formato internacional, +34). Lógicamente, no voy a publicar los datos, que creo que eso sà es ilegal.
Aquà es donde me como la cabeza, ¿hasta qué punto son morales y/o éticos los whois? Quiero decir, si registras un dominio haciéndote llamar John Rambo de la Cierva, dices vivir en Kazajstán (gran nación) y tu número de móvil es una sucesión de sesentaynueves, aquà no pasa nada. Pero si cualquier mico como yo tiene al alcance de su mano la dirección real (como yo) y su número de teléfono (eso no) de cualquier persona, hostias, ya cambia.
Hombre, para las 200 y poco personas que se dignan a hacerme rico con la publicidad aparecer por aquà cada dÃa no me molestaré en cambiarlo, pero si en cambio eres una estrella de este show, yo me preocuparÃa. Más que nada, las amenazas de sé como te llamas y dónde vives empiezan a coger forma.
Ahora, malditos juankers linuxeros gafapastas y pagafantas, descubrid mi IP (que sale con cada comentario que dejo), utilizad mi dominio, y hacedme una visita a casa, que montamos una fiesta.
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