¡Aleluya! Han empezado las rebajas. y no tenéis la más mÃnima idea de cómo un minúsculo «Hasta» junto con un inmenso «50%» pueden hacer cambiar la ruta de la gente.
Esta tarde tuve que esperar unos minutos a un tipo, y no era mi camello porque yo tampoco tomo drogas, ni hago uso de prostitutas (por asà decirlo).
Y puestos a esperar, ¿qué mejor sitio que un banco callejero «limpio y seco» frente a un Zara? Nunca me habÃa fijado con tanto detalle como hoy, tal vez sea porque intente ser un buen observador. Cuán grande fue mi sorpresa cuando veo cómo cambia la gente su trayectoria, una rápida y firme lÃnea recta que termina resultando ser una bonita curva cuyo fin se sitúa donde comienza la tienda. Zara atraÃa a hombres, mujeres, niños y niñas, ancianos y jóvenes, todos ellos pasaban por su puerta, y si por casualidad se equivocaban de estación y bajaban en la parada de la tienda de al lado, en pocos segundos cambiaban el sentido y se dejaban llevar por la fuerza del agujero negro de las rebajas que a todos absorbe.
Joé, qué bonito me ha quedado para ser la hora de irse a sobar.
Visto en: Paseo José de Zorrilla (no va con segundas, mal pensados)
Deja una respuesta