Son casi las seis de la madrugada, no hagáis ruido. Mi neurona no da mucho más de sÃ, advierto. Lo justo como para criticar levemente un refrán que todo el mundo ve correcto menos yo. Ese que dice «¿De dónde vienes? – Manzanas traigo», que nos imaginamos que es una conversación. Uno pregunta de dónde viene al otro y este otro contesta diciendo que trae manzanas, se ha de suponer que significa que el segundo no ha comprendido la pregunta y es tonto. Vale, pues yo no lo entiendo asÃ.
A saber cuántos siglos tiene el refrán en cuestión, modernicémoslo, «¿De dónde vienes? – Traigo bolsas del Mercadona». Coño, pues viene del supermercado, ¿es que no has visto que va cargado? Subnormal. Ahora el que no se entera y parece tonto es el primero.
Y no tiene más, si ahora volvemos al original, «Manzanas traigo», gilipollas, viene de un manzano. O de la fruterÃa. Te está respondiendo con elocuencia, no le toques las narices, tÃo listo. Yo toda mi vida he encontrado sentido a esa contestación. Si fuese, «¿De dónde vienes? – Me sueno los mocos con papel de lija», pues todavÃa. Una cosa no tiene nada que ver con la otra. «Patada en los cojones» style.
Visto en: Y buenos dÃas.
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