Toc, toc, ¿se puede? Bueno, paso, ¿eh? ¿Hola? Creo que me sentaré ahÃ. Verá, eh… a ver, me he enterado que voy a tener puente en diciembre, el de la Constitución y tal, ya sabe, y bueno, he estado preguntando por ahà qué hacer, porque me gustarÃa ir a algún sitio, sÃ, ya entiende, «siempre quise ir a L.A., dejar algún dÃa esta ciudad, cruzar el mar en tu compañÃa». Pero nada, no hay manera, no hay opción de que nadie pueda acoplarse a mis planes, por dinero, por trabajo o por estudios. Y es, digamos, un puto asco.
He estado mirando en internet, ¿sabe? Hay bastante información sobre viajar solo. Casi todo, usted disculpe, son gilipolleces para solteros y, sobretodo por lo que he visto, solteras desesperados por pillar cacho en vacaciones: cruceros, escapadas románticas con desconocidos. SÃ, un espectáculo en el que no quiero participar. No me atrae, no me motiva, me resulta bastante deprimente, ¿no lo ve asÃ? No, espere, deje que me explique. SÃ, a ver, yo no soy (aún) un desquiciado pasteloso exasperante que aspira a pasar su vida con alguien siempre que se alguien se cruce ya mismo en su camino. Por dios, es que es demencial. No quiero tener nada que ver con eso. Entonces, bueno, ¿por qué no me voy yo solo por mi cuenta? Principalmente, sÃ, ¿cómo dice? sÃ, sÃ, yo mismo respondo, principalmente porque no me llama la atención esa idea. En un viaje compartes experiencias, ¿qué sentido tiene visitar un lugar si al final del dÃa no tienes a ningún compañero de aventuras con quien hablar de ello? No me va el rollo mochilero, triste trotamundos, no, de verdad que no lo veo. ¿Es normal?
¿Qué hago yo en medio de Londres, o BerlÃn o Katmandú más solo que la una? Fuera bromas, lo de Katmandú lo veo, pero por tonterÃas esotéricas más propias de aventuras de Corto Maltés y su Samarkanda literaria. TendrÃa sentido si fuera por algún motivo que justifique todo y no diera opción ni espacio a duda alguna, como una mudanza o un asunto laboral, pero por favor, hablamos de turismo, ¡yo solo! Todo para aprovechar unas vacaciones largas. ¿Usted lo ha hecho alguna vez? Oh, no, no me mire asÃ, seguro que conoce a alguien pirado… ¿eh? sÃ, vale, aparte de mÃ, pero no es el caso, decÃa, fijo que conoce de casos de algún tarado que se ha atado una sudadera Reebok a la cintura y se ha plantado el solito con una vieja Kodak a recorrerse el mundo en un fin de semana.
Sólo le pido que comprenda mi miedo, que yo estarÃa encantado de curiosear a mi aire por Forbidden Planet o no pensármelo dos veces a la hora de comprar la mayor pijada y horterada imaginable únicamente porque no hay ningún otro cerebro cercano que pueda juzgarme o reprocharme nada. Pero seamos caudillos, ¿qué?, oh, vamos, era un chiste, ¿sÃ?, no me joda, gilipollas ñoño, sÃ, ¿y?, no hay huevos, pues no se rÃa, que vale… A lo que iba, subnormal, que, por ejemplo, sin un colega a mano que haga un sutil gesto con la cabeza para informar del rubiazo monumento que nos vamos a cruzar, creo que los viajes no me gustan. Pesado, que sÃ, que ya sé que existe gente que se hace el Camino de Santiago por su cuenta y riesgo, pero yo para eso pago 200 dólares al dÃa y me voy a Bután, al Monasterio del Tigre, a rezar en un acantilado. No busco paz interior, ni expiar mis pecados, ni encontrarme a mà mismo, ni probar sustancias raras. Quiero irme, por ahÃ, de normal, conocer otros lugares, y no sé si hacerlo yo solito o dedicar esos dÃas a arrepentirme y convencerme de que he tomado una decisión correcta, sea cual sea, mientras me entretengo con otra actividad. Cerdo, pero sÃ, eso por ejemplo.
Y bueno, no ha dicho nada, ¿qué me recomienda? ¿DeberÃa volverme aún más loco y lanzar un dardo a un mapa para conocer mi nuevo destino? ¿Perdón? Ah, no, no, era una forma de ha… SÃ, Ryanair, por ejemplo, bueno, ¿qué más da? Que si hago la mochila, vamos. ¿Lo está apuntando todo? No, no, no me diga eso de que se ha terminado mi turno porque… eh, ¡espere!, ¡cretino!
Visto en: Psicotravel.
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