Y quedan más rescollos por ahÃ, como por ejemplo el teatro. Cuando se habla de teatro en Pucela se habla del Teatro Calderón. ¿Es el único teatro? No, pero sà el más importante. Es como decir «campo de fútbol en Barcelona» y no referirse al Camp Nou.
Hoy he estado acompañando a mi padre, que tenÃa un par de entradas y yo tenÃa la tarde libre, a ver Hoy no me puedo levantar. Me ha encantado, pese a mi escepticismo. Imaginaba que serÃa mucho peor, que apenas habrÃa historia y las canciones las habrÃan triturado para encajarlas con calzador. Pero nada de eso, es un lujo de espectáculo, un montaje que se ve a la legua la millonada que mueve y toda la gente que ha metido mano. Por suerte mi padre es muy aficionado al teatro asà que pudo explicarme bastantes cosas, yo he ido alguna vez con él, cuando mi madre no podÃa, por ejemplo, y sin duda hoy ha sido cuando más he disfrutado. Y eso que he visto cosas muy buenas allÃ.
Como decÃa el musical de Mecano es una joya de tres horas más el descanso que merece que lo vean incluso los que no disfrutan con su música, que algún rarito habrá, porque muestra una constante viñeta al lado más cierto, oscuro y veraz de la sobrevalorada movida. Sin olvidar al personaje cómico.
Quien más quien menos todos conocemos la letra de alguna de sus canciones y esto invita a que cuando ellos cantan tú quieras cantar, como si de un concierto con bailarinas de 7-8.5 en lo que a cuerpo y belleza se refiere (habÃa un 9, las cosas como son, pero vamos, que yo firmaba por estar con el 7 ahora mismo) se tratara y por eso se pide en varias ocasiones el acompañamiento del público. Y hay quien responde y quien no. Es normal que la audiencia cotorra y carcamal que suele tener ese teatro diese paso hoy a gente que no llegó a disfrutar con las coplas y las zarzuelas pero sà con el grupo madrileño: mucha gente joven, mucha niña mona (pero…); y el cambio se notó, más alegrÃa, más aplausos y en la primera fila, a metro y medio del escenario una única persona de pie que bailaba cuando la ocasión lo merecÃa. Si digo que esa persona tenÃa 10 años y parecÃa que habÃa tomado dos anfetaminas antes de entrar os podéis imaginar el resto del percal. Ni mu. Eso hacÃa que yo me cohibiese también, si veo que la gente no hace nada paso de ser el único panoli que se pone de pie aunque sea a aplaudir.
Cuando terminó (o eso pensamos) la gente aplaudió lo normal mientras alguien se atrevÃa a pedir otra, otra. En el escenario se apresuraron a sacar el bis que tenÃan preparado: un popurrà de canciones bastante majo con una coreografÃa de grupo y cuando finalizaron salieron los actores a recibir el aplauso. Se baja el telón… y ya. Cada uno a su casa, esto ha sido todo y deprisita que perdemos el bus. Es como si estuviesen esperando a que lo bajasen para marcharse. Yo seguà aplaudiendo (aquà momento locaza) con todos mis cojones a la oreja de una mujer oronda que tenÃa sentada en frente para intentar molestarla y que aplaudiera otra vez en un vano intento de que volviesen a salir a saludar. Y me quedé sólo. Una palmadita en el hombro por parte de mi padre, una mirada que dice: déjalo y mis ganas de volverlos a ver en el fondo del pozo.
Lo que me fastidia es que aunque un gesto asà por parte del público puede indicar que no les ha gustado no significa eso, simplemente que no están acostumbrados a conceder más y que por tanto no van a hacer una excepción con ellos. «Que sÃ, muy bonito, la música muy bien, todos muy contentos, a todos nos ha parecido muy buen espectáculo pero ya ha acabdo y nos tenemos que ir». La verdad es que sólo pude pensar: qué público más jodidamente soso, la hostia.
Visto en: Calderón.
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