Mucho me han comido a mà la cabeza con que la tele sirve para aprender. Sinceramente, no. He crecido entre tortugas ninja, Power Rangers y el comienzo de Pokémon (canción de jigglypuff incluida) y ya he visto lo suficiente como para saber que educar… la tele no. Y no hablaré de Karmeles y Jorge Javieres.
Pero enseña.
Ya comenté una vez que yo veÃa (y veo) BricomaÃa y que soy fiel fan de Kristian Pielhoff y sus aventuras, siempre armado con sus Bosch como todo hombre de bien ha de tener en su garaje por si alguna vez le sobran cuatro maderas, litros de No más clavos y un fin de semana para lijar.
Además, ahora que he visto Los Lunnies más de quince minutos seguidos, que me he tragado episodios enteros de Pocoyó -que no está tan mal- ya puedo decir que el mejor espacio televisivo que nos culturiza es…
Efectivamente, Karlos Arguiñano. Padre de Bainet TV y por tanto, de BricomanÃa. No miento si digo que me he asustado al pensar ¿qué pasará cuando este alegre cocinero deje la televisión? Y no vale decir que lo repondrán, porque los chistes tienen que ser frescos, como el pescado. Que si lo miras frÃamente te das cuenta de que es más fácil que Arguiñano de saque de un apuro a que los niños se vayan a dormir con Lucho y sus amigos gaylos de raso.
Qué labor humanitaria la de Karlos, darnos lo básico, y las instrucciones para sobrevivir, tú.
Personalmente, lo veo siempre que puedo, aprendo, me divierto y lo más importante, familia, me da para un post.
Visto en: T5 a eso de las 2.
Deja una respuesta