Hace pocos dÃas Elia preguntaba cuándo serÃa el próximo flame ya que esa semana habÃa sido bastante movidita en los comentarios y estos dÃas he tenido que soltar el pie y relajar los posts. Bueno, ahora vuelvo a pedir colaboración en los comentarios. Asà funciona este blog, un lector pide y un blogger da. A vuestros pies, la chica quiere alboroto, pues aunque sea viernes por la tarde se lo damos, que se lo merece.
Imagina que vas a cruzar por la calle y un mochuelo con una L recién estrenada decide no mirar y te estampa contra el morro de su coche. Sangre, ambulancias, más sangre, sueño, «Rápido, ¡se va!». Sobrevives, estado crÃtico, sales del coma pero algo falla: uno de tus sentidos no funciona. Y como en los libros de «Construye tu propia aventura»: si has perdido la vista ve a la página tal, si has perdido el oÃdo ve a la página cual. Tú eliges qué lesión quedarte y porqué.
Descarto el tacto porque no es un sentido que se pierda fácilmente y mucho menos en la totalidad del cuerpo, puedes quemarte un brazo y perder sensibilidad en él, pero poco más.
El gusto y el olfato son caso a parte. El olfato darÃa igual porque los humanos lo tenemos poco desarrollado y sólo nos sirve para saber cómo van las lentejas. El gusto a penas para confirmar que las lentejas se habÃan quemado.
Pero en cambio si pierdes capacidad visual o auditiva la cosa cambia: ¿podrÃas vivir sin fotografÃa, sin cine, sin música, sin lectura -exceptuando Braillle-, sin teatro? Eso ya es más difÃcil. Y la verdad es que ni siquiera yo lo tengo muy claro, pero de poder escoger en un caso extremo preferirÃa mantener la vista y quedarme sordo.
Dicho de otra forma, prefiero decir adios a toda la música, a todos los discos que quedan por venir, a todos los grupos que me faltan por descubrir o a todas las Mañanas que quedaban por degustar. Sin conciertos, sin radios, sin apresurarme a bajar el último álbum de nadie, guardando todo en mi memoria, desde Stairway to Heaven hasta aquél: «Perdón por haber sido un loco distraÃdo, te necesito tanto, como antes», sÃ, ese. Todos lo hemos cantado y la verdad es que puede partirle la cara al Chiki-chiki.
A cambio ganarÃa algo sin lo que creo que no podrÃa ni andar. Que sÃ, que cualquier ciego tiene su vara o hasta su perro lazarillo que le guÃa y le ayuda a cruzar de calle, a ir a llegar a los sitios etc. Pero el proceso para conseguir eso es muy duro, estoy seguro. Me quedo con el cine aunque sea con subtÃtulos, me quedo con las fotos, me quedo con Internet tal cual lo conocemos, con las transparencias de Vista si hace falta, con poder enhebrar agujas, con poder saber si meo dentro o no sin tener que sentarme, con poder seguir utilizando la cámara, con poder controlar por el rabillo del ojo si la chica está mirando ahora o no.
Y con la esperanza de que un implante coclearr me ayude a recuperarlo todo.
¿Y tú?
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¿Y por qué?
Visto en: Ten, tu discusión.
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