Rimas de domingo

Habré despertado saboreando el ron de anoche,
No estaré apto para coger el coche.
Ron que bebía mientras el fútbol veía.

Ahora es domingo, y no me gusta.
¿Irme de pingo? Prefiero ver a mi musa.
No sé dónde está, no quiere verme,
no sé dónde irá, prefiero perderme.

Desconozco lo que hago, supongo estar borracho.
Qué despropósito éste y nadie está a mi lado.

La Luna por la ventana me sonríe y guiña un ojo,
parece estar atada, como fija, formando un todo.

Maldito seas domingo, sólo me rimas con Bimbo:
resurges mi ira, no ha cantado bingo.

Suena el móvil gracias a Dios,
me mantengo inmóvil, me dicen adiós.

Me fijo en la bombilla, tungsteno, cuarenta watios.
Recuerdo una cosilla: mi ego, que volverá en un rato.

Tungsteno, palabra preciosa, conocerme has para entenderlo,
Como diría Yoda.
Mas era ron, pero no soda.

Qué desvarío el mío que no Baroja y sí Pío,
y voy, y lo escribo.

Baranjando, eso sí, la posibilidad improbable
de que con esta hilaridad el texto esté de remate.

Visto en: La neurona que (aparentemente) sobrevivió al ron

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