Estoy bien. Me encuentro bien. Estoy solo, pero bien. Y esto hace apenas unos meses me harÃa sentir hipócrita. Supongo que hasta los tÃos como yo, niñatos con juguetes caros que juegan a ser cowboys, hasta nosotros maduramos.
No se puede tener todo, tener esto claro es un comienzo vital, si asà fuese los de Olympus darÃan más margen y no se acabarÃa su plazo de reembolso el dÃa 13, que si sacan un Apple MacBook ultraportable (dÃa 15) y me gasto los duros en la cámara, esos dos dÃas habrÃan sido nefastos, pero los meses posteriores asesinos. Pensaba dedicar una entrada completa a esto, pero me pareció un temas bastante tonto, de esos que no generan ingresos en AdSense, asà que os lo cuelo aquÃ.
Ahora toca el momentazo Barrio Sésamo, cerca, lejos; arriba, abajo; estar bien, estar cojonudamente. ¿Notáis la diferencia? perfecto. La felicidad suprema es inalcanzable, gracias a Dios, de lo contrario la existencia humana serÃa aburridÃsima. Asà que no me obcecaré en intentar estar perfecto, y para sentirme cojonudamente necesitarÃa, entre otras muchas cosas materiales (recordad mi pensamiento capitalista) a la chica de mis sueños.
Como decÃa el señor gurú tiempo atrás, el dÃa que logre engatusar a una bella modelo para… y continuaba haciendo cábalas sobre su magnÃfica vida futura de terciopelo rosa y sensores by Canon. Creo que me encuentro en ese punto. Sin complicaciones. Aunque he de decir que las modelos de pasarela no me atraen especialmente, lo que se conoce como belleza comercial no me parece bello. Últimamente pienso que amar no es lo mÃo. Y no me molesta lo más mÃnimo.
Esto viene a cuento de que en ocasiones los dos mayores exponentes de la infame/ojetesfera me preguntan ¿me amas? Haciendo caso omiso de la homosexualidad intrÃnseca en la pregunta, creo que no. No amo. Quiero.
Forma parte de mi concepción egoÃsta y despiadada del mundo, que tal y como están las cosas, no me veo capaz de alterarme, preocuparme, tranquilizarme, pensar un regalo, correr a un centro comercial, gastarme una pasta en un peluche, salir corriendo, cruzar más de media Pucela y presentarme con una carta escrita aprisa (pues la noche se echaba encima) en el portal de la amada, utilizar un número de teléfono diferente al habitual y al final, reconquistar. No. Aunque sea una de las cosas más románticas que he vivido en mi vida (como tercera persona), no. Eso serÃa fantástico, pero yo me conformo con un mediocre bien.
Mi experiencia me dice que tener pareja formal da muchos problemas, gastas más, quebraderos de cabeza continuos: le gusta, no le gusta, por qué no dice nada, por qué se ha enfadado, etc. Y aunque se terminen solucionando y muchas veces estos enfados no tengan importancia. No me considero dispuesto a ofrecer tanto ahora mismo. He tirado por la borda casi todo mi romanticismo, pero me siento, irónicamente, bien. Sin riesgo no suele haber gloria, me arriesgaré a encontrarla sin arriesgar. Soy un cobarde con suerte.
Sin prisas, algún dÃa deberé que decirle a alguien que tendré que ponerme de rosillas, rogarte que no me abandones, aunque no eres ninguna maravilla me lo juego todo al dos de corazones.
Visto en: See you, space cowboy!
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