Pese a que me cabree voy a dar el brazo a torcer, y es que aún no es Navidad. Ya se cuelgan las luces en las calles, los chavales llevan villancicos a los botellones (verÃdico), el Eroski de aquà al lado ya lo tiene todo listo, a mediodÃa todos los anuncios están enfocados a «los más pequeños» y las profesoras se apresuran a terminar sus adornos para clase y que no les pille el toro. Pero no es Navidad, queda más de un mes, y mantendré esta postura por una sencilla razón, Navidad es una fecha muy próxima a Febrero. No tengo que dar más explicaciones, ¿correcto?
Simplemente escribo esto ahora para que nadie se me adelante y caigáis rendidos a mis pies en los comentarios coreando «A mà también me pasa». Dejaron en el buzón un catálogo de juguetes de Hipercor (con su consabido baile de letras), que es el hermano pobre del catálogo de juguetes de El Corte Inglés, y lo estuve ojeando con intención de hacer la tÃpica broma del «…y quieeeeroooooo…». Y, joder, no supe qué cojones pedirme. No, no creáis que dudaba por la amplia cantidad de productos que me llamaban la atención y mis padres me quisieran calmar con una sonrisa y un «Pero sólo puedes escoger una cosa, ¿eh?». No, no, nada de eso, es que no sabÃa qué narices venden. Quiero decir, cuando yo estaba en situación de cansar a mis padres con «y quieros» me conocÃa al dedillo todo lo que venÃa en esos catálogos, páginas y páginas dedicadas a Scalextric, Playmobil, Action/Man, las Barbies para chica, LEGO y mis favoritos, Meccano. Al final algún que otro videojuego y los tÃpicos peluches y cosas de Disney que no me atraÃan más los balones, bicis etc.
Ahora no. Nada de eso. Antes el Halcón Milenario de LEGO era ese oscuro objeto de deseo que querÃas que coronase tu estanterÃa, al lado del Castillo Medieval de Playmobil, el helicóptero de Meccano y sobre el Action/Man Ninja (que conducÃa un JEEP). En este catálogo, bastante ancho, no hay más de 5 páginas para todo esto: 2 circuitos, 3 muñecos del héroe más grande de todos los tiempos, 2 kits de Meccano, 4 de LEGO y 4 productos de Playmobil donde, por cierto, ya no aparece la granja.
Bien, acepto que haya cojines con altavoces de los Jonas Brothers (a quien yo ya me he follado, se siente, nenas). Bien, acepto que Pocoyo siga siendo la estrella de la sección de bebés, incluso lo apocoyo. Bien, acepto que sigan vendiendo muñecas canis. Bien, acepto que no haya ninguna referencia a los Power Rangers. Bien, entiendo que ya no se lleven los cubos de Rubik (aunque me extraña). Bien, acepto que Hello Kitty siga dando el coñazo. Bien, acepto que El Hormiguero tenga más de 12 productos. Bien, entiendo que la sección de radiocontrol pierde mucho sin el coche-cobra que escupÃa. Bien, entiendo que no haya puzzles ni rompecabezas con más de 10 piezas. Vale, sÃ, de acuerdo, pero, ¿podrÃa alguien explicarme cómo es posible que ahora los juegos de mesa lleven enchufe o vayan a pilas? Desde el Trivial al Risk. No tengo ni puta idea de qué es eso de Gormiti, las figuritas esas que son más feas que el cruce entre un Uruk-Hai y un Beholder (luego me extraño de por qué tan poca gente pillas mis chistes), nunca habÃa oÃdo hablar de Ben 10, pensé que la moda de Hannah Montana era eso, una moda que se irÃa, y soy de los que no comprenden cómo pueden vender un micrófono y una guitarra de plástico (que cuestan casi lo mismo que el Guitar Hero) basados en Transformers. Marketing, vale, pero antes cuando hacÃan una pelÃcula de Batman te vendÃan un antifaz negro, si quieres vender un vehÃculo que se convierte en robot no veo por dónde puedes colar el rollo Popstar. De verdad, creo que se les está yendo la olla demasiado.
No tengo intenciones de tener crÃos, vamos, ni me lo planteo ni me lo plantearé en años, pero no sé qué cojones aportan estas chuminadas de precio desproporcionado.
Y aún hay más, al llegar a los videojuegos y exclamar con una alegrÃa controlada «Coño, el Street Fighter» he tenido que escuchar un «¿Y eso qué es?». ¿Estamos tontos? No sé si es que se me ha juntado con la temática del maravilloso y multipremiado podcast pero «me he sentido jodidamente viejo» es decir poco. Que tengo 21 años, hostia.
Y por cierto, a todos los que lleguen con resaca (y ese no es un nombre deee mujeeeer), a mà ya me la chuparon en el EBE, ¿y a ti?
Visto en: Y eso que no es Navidad.
15 respuestas a «No entiendo los catálogos de juguetes»
Lamento decirte que los Gormiti ésos deben llevar unos 6 años en el mercado, proque cuando aún los pedÃa Hugo (Rastakid, no el infame) yo pensaba que se le iba la olla y me estaba intentando decir algo en inglés, francés o chino.
Por lo demás, totalmente de acuerdo en lo de los juegos de mesa versión modenna y demás idioteces.
No se vale mezclar universos!
Por otro lado, los niños cada vez son más gilipollas porque cada vez hacen más juguetes para niños gilipollas, o es al revés? CÃrculo vicioso, en cualquier caso. Yo cuando tenga un hijo le voy a comprar un cubo enorme de piezas sueltas de lego, y a correr hasta que cumpla 16.
Hay dos tipos de personas: las que se hacen mayores tarde y las que se hacen mayores demasiado temprano.
Y adivinaaa en que categorÃaaa estáaas tú-uuuu…
Si tiene suficientes colores brillantes y los niños del anuncio gritan como si regalaran caramelos, entonces se puede vender. Aunque sea la peor mierda del mundo.
Que adorno más bonito el de la maestra… sep.
Yo cuando era pequeña coleccionaba los catalogos, los guardaba años y años, eran como cuentos para mi, y siempre fantaseaba con que tenÃa los juguetes que más me gustaban… qué tiempos aquellos…
Fi2; La hija de una amiga siempre lleva catálogos de juguetes en el coche y los mira como cuentos durante los trayectos. Me has recordado a ella ^_^
A mi hermano le regalaron los Gormiti hace unos años en plan gracia «a tus primos también para jugar todos juntos» y le puso una cara de asco impresionante. Se pasó muchÃsimo tiempo metido en la caja con todo en su sitio como recién embalado hasta que mi padre no pudo más, los sacó y montó el fuerte o lo que fuera eso. Y le puso al niño a jugar con él.
Asà que voto por el comentario de PrrrK_03; yo sigo teniendo un montón de cosas que dirÃa «me lo pido». Sobretodo desde que los de Playmobil han vuelto a sacar casacas rojas para enfrentarse a los piratas (antes habÃa un barco de los de su real majestad que yo pedà increiblemente bonito que querÃa para realizar batallas contra mi barco pirata pero desapareció justo ese año, creo que fue el año que me contaron cierto detalle sobre los Reyes Magos para explicarme porqué no iban a traerme ese barco).
Okok, Bea; ¿6 años? ¿De veras? Pues no me sonaban de nada. Los he descubierto gracias a los catálogos de este año, igual es que antes no hacÃan tanta campaña.
PrrrK_03; yo no me hago nada. Maduro. :P
A mà el tema juguetes me da bajona. Me los imagino irremediablemente olvidados en cualquier sitio y se me cae el mundo por todas partes. Asà que nada, dejo aquà el comentario y me voy a llorar a la esquina.
Los Gormiti están de puta madre. No me los compro porque tendrÃa que tenerlos todos y eso serÃa un desembolso excesivo para mi economÃa. En cualquier caso, el mejor regalo de Reyes que fue y será es el barco pirata de Playmobil. Y punto.
Ponzonha; ¿por delante del Halcón?
Por delante, of course.
Ponzonha; yo siempre preferà el castillo. Y lo conservo, claro, pero el Halcón me hubiese hecho ilusión. Cuando sea grande…
ElGekoNegro; El Barco Pirata gana, muchacho. Sin embargo, veo vuestros regalos y subo a un Scalextric marca Scalextric, no marcas raras. ¡Eso si que era un regalazo!
Yo no pasé de la granja con Playmobil. Pero lo que me parece curioso es que ya por aquel entonces (8 años?) me parecÃan juguetes bien construidos. Además de bien diseñados, con plástico del bueno, quiero decir. Aunque ahora no haga pruebas empÃricas (por vergüenza, por que querer si que quiero), sigo pensando lo mismo.
Y también leÃa catálogos como libros.