Hace un par de meses os dejé tirados y me costó volver a coger el ritmillo de escritura (por la cantidad de comentarios creo que todavÃa no lo he hecho) y no llegué a decir ni por qué dejaba esto ni si pensaba retomarlo, ahora sólo queda responder a la primera pregunta.
Mientras estaba fuera me mantuve parcialmente atento a lo que pasaba por aquÃ, clicándome en el AdSense desde la universidad y haciendo otras obras de caridad sin levantar sospechas, y hubo gente que, en lugar de preguntar por qué lo habÃa aparcado preguntaba directamente si pensaba escribir más entradas algún dÃa. Otros jugaron a intentar adivinar el por qué de la marcha, muchos insistieron en que me habÃa emparejado y que vivÃa perdidamente enamorado de alguna joven lozana de melena morena que me daba cancha. Es obvio que no. Sigo igual de solitario (y disponible) que entonces.
El blog es secundario y no te importa, dices
Terminé metiéndome demasiado por aquÃ, cuando empecé a penas me llevaba media hora al dÃa. Ahora no cuento el tiempo pues siempre estoy al tanto de lo que ocurre, escriba o no, del ambiente. Y está bien, es divertido y entretenido, si te sabes organizar es perfectamente compatible con las clases (hace un año también me tocó ajustar horarios con el currito de becario y conseguà mantenerlo todo), pero al final te aburre.
SÃ, aburre. Aburre porque ves algo y al rato otro ha mostrado lo mismo, porque una opinión que en origen te parecÃa original no es más que una traducción de otro blog con un lenguaje más rimbombante, te aburre porque crees que eres diferente pero estás haciendo lo mismo que los demás, te aburre porque miras si lo que quieres escribir no lo has escrito ya.
Te aburre porque el blog ha perdido la gracia
Juegas a adivinar qué comentará cada uno (si comenta), quién se enfadará (y preparas tu propia defensa en caso de que aciertes), juegas a no hacer lo mismo de las semanas anteriores…
Pero fallas y te repites. Y no hay mucho más que hacer. Yo intenté evadirme de esa rutina internetera, entre otras cosas cambiando el theme, borrando muchos blogs del lector de feeds, no abrir el panel de edición de WordPress y olvidar -momentáneamente- lo que son las páginas mostradas y los usuarios únicos, utilizando internet y el ordenador de otra manera más productiva y lúdica, desprestigiando la gran mierda que es la blogosfera (que no es tan grande como parece), centrándome algo más en las clases y, en definitiva, dejando parcialmente de lado todo lo que tuviese que ver con esto.
HabÃa llegado el momento de dejarse de mirar el ombligo, que de eso anda sobrado este medio. Y para mà eso era motivo más que suficiente para abandonar todo este chiringuito durante un tiempo. No es una justificación, más bien una reprimenda al entorno. Entorno al que, por cierto, he vuelto pero no de la misma manera de como me fui.
Y para los de las dudas, si Natalie me pidiese más tiempo para ella echaba el candado a eso en menos de lo que el Rey Arturo cuenta hasta 5.
Visto en: 03:19
4 respuestas a «Motivos para abandonar tu propio blog»
La gracia de tener un blog es que es tuyo y te lo follas como quieras.
Salvo que escribas en un blog comercial, pero eso ya es otra cosa, otro rollo diferente.
Pero en tu blog personal, escribe de lo que quieras y cuando quieras, punto.
Piensas demasiado…
Por cierto, este post me ha dolido profundamente.
Creo que cometemos el error muchas veces de sentirnos obligados a escribir, a actualizar y en definitiva a alimentar el blog («ya que lo tengo…»), y es normal que haya epocas en las que no se está inspirado y ni siquiera apetece escribir; en cambio otras pasa lo contrario.
¿Puede llegar el dÃa en que no se te ocurra nada más para escribir? Quiero decir, el dÃa en que realmente hayas contado todo. Ese dÃa escribirás que ya no se te ocurre nada nuevo y ale, otro post más para la colección :)