Muchos de los que hoy se rasgan las vestiduras virtuales por la censura de la viñeta de una revista cómica son los que a diario borran comentarios de sus blogs en los que se expresaban opiniones razonables pero contrarias a su modo de pensar, tachando de trolls o inadaptados a estos comentaristas.
Visto en: En el ojo ajeno, Pons asinorum.
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