La noche que quise jubilar a Steve Jobs

Iba a comenzar la entrada recordando que hace poco había dedicado un post al anuncio de la jubilación de Bill Gates, pero ya hace más de medio año. Estoy realmente asustado de cómo pasa el tiempo, pero eso lo trataré en una entrada posterior que tengo a medias.
Sinceramente siento de verdad que el combate de boxeo esté tan reciente, no quiero parecer un chico monotemático, pero pido una licencia para el de hoy.

Los antecedentes

Hace unos 4 ó 5 años (el comienzo de la iPod manía), cuando me fui empanando de la trayectoria de Apple y de su historia me creé una imagen de Steve Jobs de «salvador». Lo veía igualmente como un empresario, pero no dejaba de ser el hijo pródigo, lo echaron, luego vuelve y pone el mundo de la tecnología patas arriba consiguiendo centrar la atención sobre esa localidad californiana llamada Cupertino. Además había tenido problemas físicos: una operación de cáncer. No sólo eso, por el camino del destierro comenzó la andadura de la productora de dibujos animados por ordenador con más renombre junto con Dreamworks. Es decir, tenía una vida de película.

Cambió algo después cuando vi la película Piratas de Sillicon Valley, pero no era más que una película y había que ver hasta dónde las maldades de éste hombre eran ciertas. Según me iba informando me daba cuenta de que sí, que no era ningún santo, y aunque a los fanboys les duela, mucho menos un dios.
A lo mejor esté demasiado influido -no «influenciado», que suena tan mal como «explosionado» en lugar de «explotado»- por el magnífico iWoz, no me canso de recomendar éste libro. Creo que todos los ingenieros deberían leerlo, al menos, todos los maqueros, apuesto a que alguno lo tacharía de incierto y provocador.

Cuando empezaron en esto el genio era Woz, si se me permite decirlo, de lo bueno que era llegó a tonto. Él sabía qué necesitaba la gente, qué podría ser una revolución, cómo ofrecerlo, qué destacar de cada producto diseñado, y por su sentido del humor, cómo ridiculizar a la competencia. Y así el Apple II sigue siendo recordado como el mejor ordenador que jamás hayan fabricado, y el Apple III como uno de los peores. En el tercero fue Jobs quien tomó las decisiones.

Lo que Woz tenía en mente cuando creó el que fuese buque insignia de la empresa de frutas fue un ordenador polivalente, que pudiese expandirse por el propietario para que lo adaptase a lo que necesitaba, que pudiese diseñar fácilmente su software, que lo pudiesen conectar con cuantos más cacharros mejor y demostrar que innovación, calidad y precio podían ir perfectamente de la mano, se comieron el mercado con patatas, extra de queso y Coca-Cola gigante.
No creo que ninguno de vosotros pueda identificar eso del precio ajustado, ampliación y compatibilidad con un gran número de software con la Apple actual, de hecho, Woz, como gran aficionado que era a los videojuegos se programó un Arkanoid para una presentación. El Apple II quedó como el ordenador favorito de los jugones de comienzos de los ochenta, ahora sabemos que quien quiera jugar en MacOSX…

Steve Jobs lo estropeó todo. Pero hizo a la empresa de oro. Como resultado Wozniak se marchó. Deja bien claro en el libro que desconfiaba de él, económicamente ya le había engañado «lo suficiente».

Ahora ya sabéis qué imagen tengo de este delgadito con barba de tres días, vaqueros y deportivas que por mucho que la gente se empeñe no es ni Ingeniero de Hardware, ni Ingeniero de Software, ni Diseñador Industrial… sólo hizo un curso de caligrafía -y ojo, que las tipografías en Mac suelen estar muy acertadas-.

Los hechos

Últimamente estoy bastante quemado con todo lo referente al conocido como «Mundo Mac», lleno de gilipollas, que no comprenden ni por qué utilizan el ordenador que utilizan, y explosioné exploté. No me siento nada orgulloso de ello, bueno, sí, pero no de la forma, lo pude enmendar.

Ya he defendido muchas veces, hasta cansarme, de verdad, que «un Mac» es un PC desde 2005. Siendo un poquitín más técnicos, abandonaron la arquitectura PowerPC de IBM para adoptar la universalidad de la arquitectura x86. Por ello podemos instalar su magnífico sistema en cualquier ordenador común (pese a quien le pese) y tal y como lo quisieron vender, ahora podemos instalar cualquier sistema común en uno de sus ordenadores, pese a quien le pese. Es decir, un ordenador que a nivel técnico es igual que cualquier otro pero con la mejor distribución UNIX que he probado, eso es «un Mac».

En el mencionado combate en Las Vegas ya me saltaron con el manido «Si no te gusta da igual, pero déjanos en paz, que cada uno compre lo que quiera» (lo siento Alexliam, sabes que no te lo digo, para nada, de mal rollo). La idea era básicamente intentar demostrar que lo que Jobs intenta vender como novedoso, creo que se refirió a ello como «El futuro», podía perder su novedad enfrentándose con algo añejo, creí que fue cómico, pero cada uno entendió la entrada a su manera.

Pero lo peor y lo que más odio de éste hombre no es él en sí mismo, sino el círculo de gente que lo apoya incondicionalmente, a él y a su empresa, que tienen constantemente una neblina que les impide ver con detalle la cantidad de carencias de los productos que, cual legionarios a su patria, defienden a morir. Los llamados fanboys, de hecho, este iba a ser un post sobre fanboys consoleros pero mi cabeza desvió la atención a esta otra subespecie de usuarios extremos y fieles a una marca.

Mucho se nos recrimina a los usuarios de GNU/Linux nuestras posiciones extremistas frente a debates (flames) sobre GNOME-KDE, Amarok-cualquier otro reproductor, qué distribución es mejor, etc. A lo mejor me pasa por verlo de éste lado de la barrera, pero me parece que estas discusiones son sanas, en muchos casos terminan ayudando a alguien ya que encuentra lo mejor para esa persona, y si no, seguramente le haya salido gratis y podrá probar otra, y otra, y otra… Por ejemplo, la inmensa mayoría de esta minoría que somos los linuxeros estamos convencidos de que hay cosas que fallan en el sistema, que aunque aseguremos que es perfecto, en una conversación seria somos conscientes de que hay cosas por mejorar y no nos sacan los colores por reconocerlo, SUSE termina siendo lenta, Gentoo es demasiado complicada, Ubuntu se ha convertido en un avispero de newbies que se creen Stallman por hacer un «sudo apt-get update», o que aún hay software por pulir y que las copias de los programas comerciales (Photoshop-Gimp) se quedan cortos para XYZ, el reconocimiento del hardware ha mejorado mucho pero, etc.
Bien, los extremistas manzaneros no consiguen ver este tipo de fallos en sus equipos. Asegurarán siempre que lo suyo es lo mejor de la manera más convincente que puedan. Porque a la hora de vender sus sistema siempre recuerdan que «no le entran balas», pero a la más mínima amenaza se cagan patas abajo. Y es normal, todos los sistemas son vulnerables.

Me molesta mucho este tipo de gente. Por ello he decidido dejar de leer (al menos durante un tiempo) los blogs dedicados a éste tema, que me tocan la moral sobretodo por convertir en noticia una simple actualización de la subversión de la subversión de una aplicación para recibir comentarios tipo «instalado y funciona en Mac*** con 2.**GHz y **GB de Ram, ¿alguien ha tenido un problema?». Vamos, que eso no sucede en ningún otro sistema. Centrándome en Applelesfera (esto es meramente subjetivo) me quedaría sólo con dos editores, WhisKiTo que creo que aporta la frescura y rigurosidad técnica que faltaba, (además de porque le debo unas cervezas y unas pizzas) y sabe dar caña a Apple cuando de verdad hace falta; y Salva Castro, el único maquero confeso con un criterio y una manera de actuar realmente coherente y sensata que conozco, y no, a éste no le debo nada, nunca he hablado con él directamente.

Sinceramente creo que acabando con Jobs (el título original quise que fuera «~ aniquilar a Jobs» pero me parecía basto incluso para mí) se terminarían estas estupideces, es el líder de la secta, una de las peores. Y me causa auténtica repulsión este mundillo. Lo cual no quita que opine que hacen muy buenos ordenadores y estoy contentísimo con mi iPod, pero el resto de maquinaria que éste señor pone en marcha para que sus presentaciones y subproductos (en muchos casos) tengan una repercusión como la que consiguen me da auténtica vergüenza.

Yo lo jubilaba ya.

Visto en: Dale a la publi que me lo he currado hasta en maquillarle en la foto, leñe.