Dos y pico de la madrugada. Toca melodrama. Voy a intentar escribir como cuando no me importaba que el hecho de insertar un vÃdeo de Youtube dificultase todavÃa más que el blog tuviese código válido, cuando ni siquiera mendigaba clics. A ver si consigo que esto resulte personal de verdad y no uno de estos post tan profesionalizados que me salen ahora y que hace unos minutos han dejado de gustarme.
Veréis, me gusta mi blog. Mucho. Esta misma noche he tenido que parchear una pitera y esa sensación de control absoluto, de cómo ha de girar cada engranaje, sin duda merece la pena. Pero tenÃa más salsilla cuando Google se ocupaba de todo y la gente entraba añadiendo blogspot a la URL.
Hay algo de gente nueva que, la verdad, no sé cómo reaccionarán ante una entrada de este tipo, tan de vieja escuela que me está oliendo a naftalina. Ya veremos.
El tema es que, simplemente, no me atrevo a ser feliz. Recientemente tres bloggers, de los de siempre, de los que añadÃan blogspot, me han restregado su felicidad hasta derribar cualquier tipo de muro o chaqueta de cuero con Zippo en su interior.
Ellohir es feliz (y se le nota, mucho). Considero que tengo más afinidad con él por la situación y edad de ambos, no sé, la verdad es que es un tipo que me cae de puta madre.
Alexliam, que tenÃa dÃas en los que te dejaba destrozado por lo pesimista que se ponÃa, le terminó echando huevos y ahora vive con quien quiere y más o menos como quiere. Eso es algo que también se nota. Y la verdad es que pese a haberlo hablado con él varias veces, no era consciente.
Por último, Hugo, el nexo común y núcleo de todos nosotros, no sólo dejó de ser un universitario graciosete antimaquero con tendencia a tocarse, sino que también le echó huevos y varios kilómetros después se convirtió en un currito antimaquero con ordenador Apple que no se toca. Y que está amueblando el hogar que compartirá con la mujer de su vida.
Joder, es bestial. Acojonantemente bestial.
Esto sólo mencionando la gente del internec, en eso que los Alvys llaman Vida RealTM las personas próximas siguen igual. Tanto como que las amigas que tengo son las novias de mis amigos.
Sobra decir que por mi parte, no hay mucho que contar en ninguno de esos temas. Y es que es extraño, cuando lo he intentado me ha ido mal, cuando no he hecho nada parecÃa ir bien pero a la vez notaba que todo fallaba. En resumen, que me he terminado quejando abiertamente, pidiendo el libro de reclamaciones al Dr. Love. De hecho, se puede decir que en este tiempo mis únicos triunfos personales han sido un puesto becario que terminó antes de que me diese cuenta y aprobar el examen práctico de coche, y encima me costó. Y no sé hasta qué punto un loco con greñas cantanto Break on through (to the other side) al volante de un Fiat Punto entra dentro de la columna de los logros. Jim Morrison se apunta un tanto, eso es indudable.
Como he dicho, siempre que me he querido arriesgar me ha ido mal, y digo arriesgarme en plan serio. Siendo sinceros, que total, esto no lo van a leer googlers, estoy hasta las pelotas del tema. Ya no lo trago ni con mi amiga importada más oscura y frÃa. Y esa amiga me ha ayudado a tragar muchas cosas. Ciertamente me alegro por estos tres caballeretes que he enlazado -sin que eso les vaya a aumentar el Pagerank, que yo no tengo-, sÃ, me alegro, porque se lo merecen. Pero eh, hijos de perra, yo también quiero.
Quiero recibir mensajes que terminen en «Besos» y que no sea ni mi madre ni un colega borracho, que antes del «Besos» haya un «Te veo después de clase para tomar algo, suerte en el examen» y eso no se convierta en matar cañas ojeando el periódico de turno, ni mucho menos en debatir sobre cómo sacaste un ejercicio del examen.
La verdad es que no creo que sea cosa del karma ni ninguna alineación astral, no es porque sea mejor o peor tipo, simplemente noto que ahà deberÃa estar alguien y, elemental, Watson, falta Irene Adler.
Barajo, corto y cojo carta. Otra mano y a seguir probando suerte. Supongo que la partida es larga y en fin, otra cosa no, pero partidas de poker ya llevo unas cuantas encima.
Me conozco y sé que no me servirá de mucho escribir esto, pero el duendecillo verde que dice que queme cosas me recomendó compartirlo. Aunque ya advierto, me juego los rizos a que en dos ratos se me pasa y vuelvo a estar en modo Geko impasible que tanta seguridad me aporta, suplicando darle vidilla al AdSense. Siempre me ocurre, no sé qué estúpida parte de mà es la que prefiere quedarse encerrada en el estudio con el Stradivarius, los libros, la pipa y la coca. Voy pidiendo cita con Moriarty.
Visto en: Ah, sÃ, Come on baby, light my fire.
Deja una respuesta