Cuando adquirÃ, que es una palabra algo más culta que «compré» y me hace creer que tengo una economÃa mejor de lo que realmente es, la réflex me adjuntaro en la oferta una tarjeta de 2GB que me es más que suficiente. Tiene capacidad para 280 fotos en SuperHighQuality, ese modo por todos conocido como «lo que viene antes del RAW y que te las guarda en JPG».
Yo no me hago 280 fotos en un sólo dÃa ni de coña, o eso pensaba. Me he acostumbrado al disparo en ráfaga y el orgásmico sonido del diafragma abriendo y cerrando, con la tonterÃa me tiro 10 ó 15 fotos al mismo elemento (estático, por joder) que me da pereza eliminar de la tarjeta desde la propia cámara y espero a llegar a casa para cribar y escoger lo menos malo y más útil que sea digno de subir a Flickr o al menos para justificar que soy pro.
Pero es posible que un dÃa (no necesariamente muy lejano, si no esta Semana Santa) no pueda acceder a ningún ordenador donde descargar las instantáneas duplicadas decenas de veces asà que busqué alternativas. Lo primero era obvio, coger otra tarjeta de memoria que sea suficientemente amplia para almacenar todo, pero las rápidas son muy caras y no quiero una cámara lenta que me impida utilizar el modo ráfaga con el que juego a ser aspirante a paparazzi. Y llevarme el disco duro portátil (que transfiere de la tarjeta al disco automáticamente) es cargar con un kilo más en mi resplandeciente Lowepro aficionada a las aduanas. Recordé de chiripa un «artilugio» Design in California assembled in China que permitÃa utilizar el iPod como disco duro de imágenes. Pues bien, me miré los precio y era razonable, me presenté en ECI y ahà estaba, esperando.
El producto funciona muy bien. Pero, como hace de intermediario y no es más que un adaptador entre las máquinas se nutre de la energÃa de ambas, asà que es vital tener cargado el reproductor al máximo y que la cámara tenga suficiente chicha. Es una buena idea, no ocupa nada y te puedes poner a pasar fotos en casi cualquier sitio, pero mi iPod (y sus casi dos años) ya sufre cierto estrés en la baterÃa asà que no me termina de gustar el método. Para colmo la transferencia es muy lenta incluso con USB 2.0. Con lenta me refiero a que para pasar 5 imágenes, 28MB, tardó 25-30 segundos, si completo la tarjeta queda en: 1400-1680 segundos, entre 23 y 28 minutos. Y no estoy muy seguro de si mi compañero negro puede absorber tanta información en tanto tiempo sin agotarse. Le daré un voto de confianza.
Luego puedes ver las fotos desde ahà y pasarlas al PC, no recomiendo ojearlas mucho en el iPod fastidiarÃa aún más la ya de por sà Low-Batt. Pero me convence.
Visto en: Apple Store, ECI y Microsiervos.
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