Siempre me han llamado la atención las teorÃas conspirativas, tanto que sigo pensando que el verano del 69 [bienvenidos perv.google users] Armstrong estaba en un estudio y no en la superficie lunar. Me gusta creerlo, aunque no sea ningún paranoico que ve OVNIS o mensajes encriptados en las etiquetas de lencerÃa.
Por contra, la teorÃa de que Google utilizará todos mis datos contra mà me parece demasiado irracional.
Quiero decir, Google lee mis correos: los que escribo y los que recibo, sabe lo que busco, mis contraseñas más importantes, fechas, contactos, horarios, errores que cometo al escribir, mis páginas más visitadas, el navegador y sistema operativo que uso dependiendo de la hora e IP que utilizo para conectarme, los archivos que almaceno en el ordenador, los que subo a internet, mi número de tarjeta con su PIN, DNI, número de cuenta, ganancias de Adsense y un larguÃsimo etc. Pero, ¿y qué?
Una empresa tiene un montón de datos sobre mÃ, es innegable, y la información es poder, es innegable. Pero dejando de lado que Sergey Brin y su colega Larry Page(Rank) -a ver si alguien le cambia la foto de la Wikipedia– me asalten una noche y me amenacen con revelar todos mis datos si no colaboro con ellos, no creo que Google pueda atacarme (personalmente) con algo que he cedido yo. En cambio si creo que pueda mejorar sus productos si los enfocan hacia mÃ, si saben lo que me gusta, que me lo faciliten, si saben lo que la mayorÃa busca, que lo faciliten. Y si no existe, que lo creen.
Oh, espera, eso ya se ha hecho… y no ha pasado nada.
Es una de las empresas (junto con Yahoo!) que más facilidades tiene para sacar adelante un negocio, porque sabe qué es lo que la gente quiere, se lo ponemos en una caja de texto varias veces al dÃa, por eso compraron Blogger, Youtube, FeedBurner… Con un grandÃsimo número de datos de todo lo que se busca, valoran lo que les puede convenir crear o comprar. Y si de paso algún empleado pasa el rato con mi prosa en GMail, que la disfrute y de paso, que me haga un clic en la publi, que ya sabe cómo tengo los bolsillos.
Visto en: El monopolio se cierne sobre nosotros (uhh…)
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