Sucede algo raro con esto porque siempre pensamos que los canis tienen nombre de cani (o en su caso un apodo donde José serÃa «eL pEPito t0h WaP0») y por ende, la gente normal tiene nombres normales (o apodos donde José serÃa «Pepe»). Ahora bien, resulta que hay gente normal que tienen nombres de cani. Y eso te choca.
Por ejemplo, te presentan a una persona de aspecto normal, sin anillos ni chicle en la boca llamada Alberto y no se enciende ninguna alarma. Te presentan a un hombre trajeado, bien peinado, sonrisa de anuncio de Signal llamado Kevin y tienes que pedir que te repitan el nombre. Vale, sÃ, reconozco que es un tinte algo light de xenofobia, pero por mis cojones que es asÃ.
Ahora vayamos con las tÃas. Un amigo tuyo quiere presentarte a una chica que dice ser su novia, se llama Noelia, como la canción de Nino Bravo, pues perfecto, la ves y es una chica normal, ni alta ni baja, ni flaca ni gorda, ni muy guapa ni fea y con su punto simpático. Ahora bien, se llama Vanessa (a tu mente viene, por instinto, «La Vane»), te imaginas a una dependienta de supermercado o de alguna cadena de ropa menor de Inditex, crees que llegará rascándose la vagina y escupiendo, gritando «¡Cómeme el coño!» para luego reÃr a carcajadas. Ya de imaginarlo da repelús. Y al llegar ves a una chica completamente normal, bien vestida y educada que no hace otra cosa que poner ojitos a tu amigo pero con su punto de carácter. Te descoloca por completo.
Hay padres que son unos cabrones.
Pensando un poco llegaremos a la situación de ver normal que una abuela llamada «Jessi» saque a pasear a su nieto llamado Marcos, por ejemplo, o que un Jonatan aparezca en la lista de algún partido polÃtico para unas elecciones. Qué miedo.
Visto en: Próximamente, ¿cómo es posible que un cani se llame Rodolfo?
Deja una respuesta