Siguiendo con el halo tristón del blog voy a añadir algo crÃptico para que esto ya recobre su forma de ser. Maravillas de la vida y de una mente retorcida como la que gasto. ¿Os habéis parado a pensar por qué tenemos dÃas malos? No suele ser por cosas que hagamos, sino a cosas que escapan de nuestro control. Vale que de vez en cuando seamos unos torpones incapaces de hacer nada, pero eso no es un «mal dÃa».
Los dÃas malos llegan y se van, como una visita que puede durar un tiempo indeterminado. Lo curioso es la frase triunfal con la que entran en nuestras casas, puede ser un mensaje de texto de un amigo que dice «Me ha dejado» o algo tan aparentemente inofensivo como «¿Sabes quién trabaja en esa óptica?».
Y en un chas te fastidian el dÃa, la semana o lo que dure, por partida doble. Guay, ¿eh? Unas pocas palabras y a la basura la sonrisa.
Visto en: Buenas noches.
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