Me apetece escribir algo acerca de mÃ, sà otra vez.
Por norma no soy una persona con muchos miedos, ni miedo a las arñanas ni espacios pequeños ni nada parecido. Algún dÃa os contaré la anécdota en la que me «mordió» una tarántula (sin veneno, eso sÃ).
El tema es que sobre todas las cosas hay una con la que no puedo, los bebés. Tengo pánico a los bebés, sobre todo a cogerlos en brazos, es un asunto con el que no puedo. Siempre tengo la sensación de que se me van a caer, con su consecuente… mal resultado. Ya os podéis imaginar.
Creo que todo empezó cuando tenÃa ocho años y nació mi prima; «Cógela con cuidado, la cabeza es muy sensible y si le pasa algo puede morir». SÃ, esa frase se me grabó a fuego, con el resto de la escena del hospital, la cama, la cortina, todo.
Y lo he recordado este verano, con otro nacimiento y su corresponidente recordatorio de lo frágiles que son los niños, y la nula garantÃa con la que vienen.
Con esto, no me extraña que nunca me haya visto en el papel de padre. Aunque creo que para eso se necesita a otra persona que haga de madre y tampoco tengo.
Visto en: De nuevo, la Neurona
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