Digamos que la vida es booleana. Digamos que son las seis menos veinticinco de la mañana y que es sábado por la noche. Digamos que el nivel de alcohol en sangre no me permitirÃa conducir.
Digamos que hay una variable N que puede tomar los valores 0 y 1, si es 0 se sigue jugando, si es 1 se acaba la partida de la vida.
Digamos que llevas un mes jugando al gato y al ratón con una persona [P] cualquiera, pero que de repente P deja de ser cualquiera y por H o por B ves que las cosas cada vez van más fluidas y esa persona definida como P -un array de caracteres, al menos que quepa su nombre, no un puto número perdido en el código de cada cabeza- te hace sentir alguien especial.
Digamos que un dÃa decides crear un guión que alumbre tu TSMP, que no es más que tu Top Secret Master Plan para ver hasta dónde podrÃas llegar con la persona P.
En ese script se maneja una variable N que, en un momento dado, decidirá si al final de los finales podrÃas [0] o no [1] hacer algo. Por supuesto que su valor inicial es cero, no vayamos de pesimistas.
Asà que ideas una conversación y memorizas todas las posibles salidas (siempre dejando que sean dos por pregunta, cero o uno) y sus posibles ramificaciones para intentar arrojar algo de luz a ese bar tan sombrÃo.
Digamos que tienes la valentÃa (y, de momento, sobriedad) suficiente como para plantarte en frente suyo y recitar el comienzo de tu ensayo. Curiosa y afortunadamente todo va bien, incluso ves que mejor de lo que contemplabas en tus planes. Las primeras lÃneas fluyen entre los dos y no parece que haya ninguna variable por ahà que pueda cerrarte el paso y cascar el programa.
Preguntas con cautela por N, la dichosa N, y todo parece indicar que el valor que almacena se mantiene en cero y podrás pasar a la siguiente parte del código. Yupi, pasas.
Digamos que te aproximas al final de tu TSMP con todo a tu favor y de repente alguien hace una llamada a una extraña función [F] que tú no sabes qué hace, pero que no puedes ignorar y esa función requiere del uso de N.
Digamos que F es más exigente con todo y se da cuenta, al final, de que N valÃa 1. ¡N valÃa 1! Pero ni P ni nadie te lo habÃa dicho antes, es más, P parecÃa haber dejado claro que N=0. Y TSMP falla, justo, justo al final.
Digamos que P se ha portado contigo como nadie, que no podÃa estar más guapa, que su sonrisa combate a muerte con la luz del Sol y es capaz de ganar a ésta, que sus ojos no pueden formar mejor mirada, en definitiva, que P está claro que dejó de ser cualquiera. Pero N, maldita N, se habÃa reservado un As de Corazones. Que en un principio hizo ver que su valor era cero, y con ello, te ayudarÃa a aumentar en un punto tu felicidad, pero era falso. Desde el inicio tenÃa claro que no darÃa acceso a P, que P no dejó claro cuál era el dichoso valor, pero que ahora su condición de variable está más cerca de constante pues no parece posible su variación.
Nunca olvidéis preguntar por N.
Visto en: El resto de N es «ovio».
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