Esta noche estoy solo en casa. Quiero decir, puedo hacer lo que me salga del pito. Correcto, puedo hacer pis. Chistaco. Asà que fuera de todo juicio y control me he preparado para «cenar» un suculento sándwich (parece que lleva tilde) de Nocilla. Delicioso a la par que infantil. Esto me recordó una bala en la recámara que guardaba para Nada Nuevo, pero viendo que el parón va para largo, suelto el material aquà mientras se baja el episodio número cuatro de la temporada número cuatro de la serie IT Crowd del canal número cuatro británico. Han cantado bingo.
Todos hemos sido crÃos. Yo más recientemente que vosotros, pero me da igual, el sentido del post se coge de cualquier modo. Digo esto porque sin duda recordaréis uno de los helados más carismáticos de nuestra infancia, para mà el que más junto con el Frigopie, el helado de la extinta Miko (cuya historia curiosa os recomiendo leer por encima) con forma de lápiz al cual bautizaron con el rocambolesco nombre de Mikolápiz. Un helado como cualquier otro de vainilla con chocolate salvo por un simpático detalle que recordamos con cariño en estos tiempos de crisis, este helado salÃa gratis.
Imagino que todos o casi todos habréis oÃdo la que se ha liado con Toshiba, que ha decido tirar por la borda su imagen como empresa seria saliendo en los medios de todo el mundo, debido a su reticencia a cumplir lo que parece que prometió, devolver el dinero a los usuarios que compraron unos productos determinados en caso de que España ganara el Mundial 2010. Pues si hablar del precio de un televisor entra dentro de un campeonato del mundo, que te regalen un helado es tercera regional.
Cuando Nestlé no controlaba la firma (como ahora, tal y como se ve en la imagen) con un Mikolápiz tenÃas para todo el verano. Era la leche. Comprabas uno cuando empezaba a hacer calor, esa misma pieza tenÃa premio y automáticamente te daban otro que volvÃa a estar premiado. El paraÃso. Un bucle infinito que no paraba de regalarte un helado en cada iteración. Genial. Sin cupones, sin códigos de barra, sin notarios, nada. Un palito, y a correr a por otro. Asà de abril a septiembre. Creo que era una estrategia de ahorro de costes de la empresa. Fabricar los canutos de papel es económico, con excedentes de Colhogar vas que chutas, pero la viga principal del invento, de plastiquete, ya sube unos céntimos. Solución, reutilizar las piezas, ¿cómo las recogen? Haz que los chicos vayan de nuevo a dejarlas. ¿Dónde está la ganancia? Eso, queridos lectores, lo respondéis vosotros en los comentarios.
Visto en: Typical Veranish.
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