He aprendido más sobre el mundillo Apple en dos dÃas que en todo lo que he vivido previamente. Y da asco. Mucho asco. Tras esa fachada de cajas bonitas y transiciones bien acompasadas se esconde una montaña de mierda que cubrirÃa Las Marianas. Lo digo con todo el odio del mundo, esos putos maqueros de mierda completamente cegados. Ellos. Ya me jode no cambiar el rumbo del blog y hablar de otras cosas, pero de verdad, han conseguido que mi ordenador me dé vergüenza y hasta que mi carrera y mi futuro apesten. No sé si quiero trabajar en un área donde haya gentuza asÃ. Dan asco. Si se me ofende la gente, que lo reconsidere, de verdad.
Hasta ahora esto lo habÃa vivido en tercera persona interviniendo ligeramente (y ya salà escaldado) en pequeñas refriegas que me dejaban bastante asustado. Pero en este corto espacio de tiempo he visto que son «zombie brands» que tragan con todo sin pensar. Es que da miedo de verdad. SÃ, me diréis que no todos son asà y por supuesto que es verdad, pero mirad, también sabemos que no todos los negros tienen un rabal de 30cm y yo no voy bajando braguetas a la gente para saber si ese sà o no, pero la mayorÃa sÃ.
Mirad, en serio que esta no es una entrada en la que busco repartir leña gratuitamente, pero es que las cosas son como son. Como usuarios somos nosotros quienes pagamos por un servicio. Ni Apple, ni Steve Jobs, ni nadie nos está haciendo un favor cuando soltamos 1000, 2000 ó 3000 euros por un puto ordenador, es asà de sencillo, no les debemos nada. Son ellos los que sà nos lo deben a nosotros, ¿ofreciendo descuentos para estudiantes? Está bien, pero que las garantÃas sean de verdad. Y no, no me valen las triquiñuelas legales que arguyen para ofrecer una mierda de garantÃa que se cuenta en dÃas. Porque no. Si el argumento a esto es «no, pero si es un Mac, te dura la de Dios y no da problemas» me da lo mismo, si me compro un coche con motor de 1.1 quiero mi garantÃa de piezas como todo hijo de vecino, pero es que si me compro un V12 de 6 litros con 700 caballos quiero un todo riesgo cargado de extras. Y es asÃ, joder, no tiene vuelta de hoja. Que si me estrello contra un seto me vengan a buscar y que si casco la pantalla o la ranura del USB me coloquen otra en el momento. Por lo que estamos pagando deberÃan venir Natalie Portman y Alizée en ropa interior a ejecutar el primer encendido y tomarse un café con nosotros como poco.
Por otro lado, la comparación entre coches no es real, estos ordenadores (a no ser que sueltes mucha guita) no son unos Ferrari a nivel de hardware, que cuando un Compaq del Carrefour te trae 320GB de disco duro y 4GB de RAM este me trae un procesador similar pero menos almacenamiento, la mitad de RAM y el doble de precio (y no seáis demagogos, esto no es una comparativa de rendimiento sólo de componentes). Efectivamente, el otro no tiene teclado retroiluminado, su aspecto es de portátil básico y todo lo que quieras, pero lo primero que se mira en una máquina son sus prestaciones, sea un ordenador o un deportivo.
Bien, pues inexplicablemente esta gente no lo ve (por lo que sea) y está metida en una cruzada contra los herejes como los musulmanes de Afganistán, aquél que diga algo que no convenga con sus sagradas escrituras será humillado, vejado y aniquilado. De verdad parece que alguno de estos usuarios de sistemas informáticos venidos a mesÃas de los ceros y los unos sólo sabe dar por culo y les ha enseñado el mismÃsimo Nacho Vidal.
¿Por qué? Pues sencillamente comprenden que es asà como debe ser y el que no lo vea es gilipollas «porque viene de Windows, que es para retrasados».
No, pues oye, perdona, yo trabajo con un XP que va razonablemente bien del cual la única queja que tengo es el tiempo que tarda en actualizar su base el antivirus. Pero tanto en clase como en casa tiro con Debian/Ubuntu y más feliz que chupitas. ¿Qué pasa? Que si yo estoy acostumbrado a abrir GNOME y conectarme a un servidor por FTP para subir o bajar ficheros y al llegar aquà veo que Finder permite leer pero no escribir se me llevan los demonios y tengo que decir claramente que OS X tiene algunas cosas que son puras cagadas, que son cagadas preciosas, pero cagadas. Entonces, si me quejo es porque no lo sé utilizar, y si no lo sé utilizar es porque vengo del asqueroso, maloliente, putrefacto y corrosivo mundo Windows. Pues muy bien.
Si digo que atajos de teclados de 3 ó 4 teclas me parecen una salvajada es que no quiero aprender. Si para colmo no son intuitivos o no tienen nada que ver con el resto de sistemas es porque soy un tonto y un vago y esos otros atajos tampoco tienen tanto sentido. Pues en efecto, el mismo sentido tiene Alt Gr + Z que Alt + Mayúsculas + corchete. Porque sÃ, ninguna tiene sentido, pero la primera es más corta y, sobre todo, a la gente se le puede ocurrir recorrer el teclado manteniendo pulsado ese Alt Gr, pero dudo que se pregunten qué pasará si lo que pulsan es Alt y Mayúsculas, que es una combinación sin ninguna relación aparente. ¿Qué consigue esto? Pues una sensación de atadura muy incómoda.
Yo estoy acostumbrado a dominar y doblegar si hace falta a mi sobremesa con su Ubuntu. «Yo soy quien maneja el ordenador, yo soy quien decide qué combinación hace cada cosa, yo soy quién lleva las riendas aquà y tú sólo recibirás y cumplirás órdenes». Y la relación funcionaba. Pero llegas con tu ordenador nuevo a casa, ilusionado pensando en eso de «sacarlo de la caja y funcionar», imaginando lo bien que te lo pasarás con tu copia ilegal de Photoshop, pero cuando te quieres dar cuenta ves que el sistema se resiste a ser manejado. Que al principio es el ordenador el que te maneja a ti. Y si se te ocurre quejarte, prepárate, porque merecerás la horca.
«Â¿Es que no sabes buscar en Google?» Pero cómo, si ya está fuera de la caja, ¿es que no deberÃa funcionar? No. No es asÃ.
Sobre mis manÃas insistiré. Por mucho que nos hagan creer somos monotarea. Ningún humano tiene procesos en segundo plano, ninguno. Todos hacemos una única cosa a la vez con el ordenador, cierto es que podemos respirar mientras oÃmos música y a la vez estirar los dedos de la mano, pero eso no lo hace el PC. Si quiero escribir un post, abro un editor de texto o el tablero de WordPress y lo escribo, no estoy escribiendo una entrada mientras maqueto revistas en InDesign. Y para mà (y sinceramente creo que cualquiera) es más cómodo poder escribir esa entrada a pantalla completa, o al menos poder escoger esa opción, pero me obligarÃa a trucar Safari. InDesign no darÃa problema alguno pues se abrirá asà por cachabas.
Y si me bajo el .htaccess del blog porque lo quiero editar en local y no se me muestra porque Finder lo identifica como archivo oculto me parece una auténtica gitanada tener que recurrir a una lÃnea de comandos (que ni siquiera es bonita de serie) y tener que modificar Finder y reiniciarlo. Lógicamente, si una vez subido ese fichero y quiero ocultar los archivos locales con esa propiedad tengo que realizar la misma acción. No tiene sentido. Pero si abro la boca esta gente me lleva a la silla eléctrica a grito de «Windowsero frito sabe mejor». Porque sÃ, eso en Windows lo resuelves con unos clics. En Linux (generalmente en todos) con Control + H, de hide, ya ves qué misterio.
Y yo comulgo con todo esto, ojo, es el sistema que he escogido libremente. Asà que si alguien está pensando en soltar lo de «nadie te obliga y ya estás tardando en volver a tu querido ordenador viejo» que se olvide, porque no es un argumento de ninguna clase y porque tampoco estoy obligando a leer ni comentar esto a nadie.
Que no, hombre, que no. Que ni este sistema es perfecto ni Apple tiene secuestrada a vuestra familia en un zulo (maravillosamente decorado siguiendo los cánones zen) en algún lugar de California. Abrid los ojos, que aunque os hayan lavado el cerebro todavÃa podéis despertar. Dejad de darme asco. O al menos dejad de hacer que mi ordenador me dé asco por lo que falsamente representáis.
Sucios y repugantes fanboys.
51 respuestas a «El mayor problema de Mac OS X»
Pocas veces habÃa tenido la «oportunidad» de leer un texto tan falto de argumentación y tan cargado de meros juicios de valor. Pero bueno, en un blog el administrador puede escribir lo que quiera, hasta esto. Lo bueno es que existe la libertad de comprar el producto que mejor se adapte a tus necesidades o, como en este caso a tus capacidades.