Ese momento en el que, en medio de un pasaje que requiere máxima concentración, surge un repentino picor -generalmente nasal- que requiere tu atención más que cualquier otro acto en el mundo. Calvario por definición si le añadimos minúsculas gotas de sudor que bajan desde la sien y rozan grácilmente la zona que no puedes rascar en pos del bello arte musical.
Visto en: Llevo unas semanas de lo más musical, oyes (lunes, o martes).
Deja una respuesta