Recuerdo la primera vez que escuché «ves» para referirse a «ve». La frase fue del tipo: «ves ahà y siéntate», en un concurso de televisión presentado por Nuria Roca donde sorteaban una casa, pero sin condimentos de reality como Telecinco.
La verdad es que no sé muy bien por qué extraña razón prestaba más atención a su forma de hablar que a sus pechos, como todo chaval que se precie, sólo recuerdo que el «ves» me sentó como un soplido de Chuck Norris en la boca del estómago.
Este verano una compañera de trabajo no hacÃa dos frases seguidas sin soltarlo, errando una y otra vez, pero como sabemos, queda muy mal corregir en público a la gente. Y uno, por educación (y por un ingreso a fin de mes) se calla.
La diferencia es que como a mà ni me conocéis ni podéis ponerme quejas en persona, cosa que me da derecho a hacer con vosotros experimentos lingüÃsticos de este tipo exigiendo que se pasen por alto errores sintácticos o gramaticales que el escritor de este texto pudiera cometer.
A sabiendas de que el que se ocupa de educarnos e intentar que hablemos con propiedad es Auster, yo también quiero apuntarme un tanto.
Como premio, una regla mnemotécnica: si dudas, lo cambias a forma reflexiva y arreglado, de ve a vete y de «ves» a «veste», que es la manera como los argentos dicen «te ves».
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Visto en: Repostar con relleno.
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