Anoche me quedé saltando de vÃdeo en vÃdeo y de una página de la Wikipedia a otra. Siempre he sido un enamorado de las Les Paul, pero se ha cruzado en mi camino la ES 175 (o la más moderna ES 137), el consultor me dijo que tirase por una Epiphone Les Paul. Pero no he venido a contaros eso, que se explicará en su propia entrada (por eso aquà no enlazo nada, que os despistáis), sino que quiero hablar de un personaje, español, que me ha venido a la cabeza con todo este asunto, el español que, fuera de España (o al menos fuera de su casa), aparece tocando una guitarra española. Basta ya, hippies.
Esta foto manipulada (que previamente he robado de Tuenti) muestra no ya a uno solamente, sino a dos. Parió la abuela. Son unos personajes la mar y la tierra de extraños. Porque los hay de dos colores, azules o rojos (como en la polÃtica), unos son más bien conservadores y otros más bien «progres» (como en la polÃtica). Estos, por el perfil de donde los he sacado, deberÃan ser de los segundos, pero a saber, igual son de los que prefieren canciones de comunión y agrupaciones scout (de mierda), perroflautismo bien vestido. Los otros son un poco más curiosotes, sobretodo por su escaso y vergonzoso abanico de temas (que no repertorio) que van desde Extremoduro a dos acordes que insisten en decir que son de una canción de Amaral. Son asà de molones, cantan canciones españolas, a veces hasta aflamencadas,en una guitarra española aunque sus ideas polÃticas se ericen al nombrar «este paÃs». Que a mà me la suda, llevo una temporada de pasotismo enfermizo, pero me llama la atención.
Y en fin, que estos Paul Simon de la vida enseguida se juntan con Garfunkels y forman un corro de la patata. Y ligan. Yo no sé tocar la guitarra, pero estoy al tanto de que aprenderse cuatro cositas básicas es fácil y permite hacerse el entendido en un pispas, es un instrumento muy agradecido. A las tÃas les molan los imitadores de Pereza. No lo entiendo, consiguen que la clave de Sol amanezca nublada. Deleznables aspirantes a Clapton que no se merecen ni el primer clap.
Al próximo que vea, en una playa, en un prado, en un autobús, en un albergue, donde sea, le meteré la guitarrita por el recto hasta que consiga hacer sonar sus cuerdas cuando caga, y que saque sonido. Una de José Manuel Soto, para que suene igual.
Visto en: Otro colectivo que se me echará encima. Y van…
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