Son las seis menos ocho minutos de la madrugada y he bebido, con esto quiero retomar mi antigua manera de escribir post, la de mencionar la hora un sábado por la noche y la de hacer referencia a los dos litros de cerveza que he ingerido, porque me han liado. Eso, y la preciosa chica de ojos marrones que desconocÃa pero que nos acompañaba, claro.
En fin, que en el curro estoy trabajando en una web de una escuela de español para extranjeros, principalmente ingleses, rusos y japoneses ricos, en la que se promociona la ciudad como la cuna del castellano y, por tanto, el mejor emplazamiento para estudiarlo.
Quitando las connotaciones marquetinÃsticas de la frase, seamos sinceros, aquà no hablamos bien, ni aunque Pérez Reverte se empeñe en ponernos de ejemplo.
Yo, mismamente, intento decir Pucela en lugar de Valladolid porque me cuesta pronunciar «lid» y lo acabo en «liz», como Daviz, Madrid… Vamos, que según tengo entendido los catalanes lo acaban en «t»: Valladolit, y nosotros en «z». Eso, sin contar con el leÃsmo, que gracias a Cristo y todos sus seguidores no he adopatdo, asà puedo asegurar que hablo con una mediana calidad, y por ello mismo servir de ejemplo. Pero aún asÃ, aquà no se habla el mejor castellano, ni de lejos. Si acaso, el menos malo. Siempre y cuando no preguntes a un pijo que te responda «o sea, ¿qué?».
Y sÃ, esta es la reflexión de hoy. Que me quedaré a jugar al Tony Hawk en la DS y luego a ver si duermo algo. Porque qué carajo, hoy lo he pasado bien, y ya iba siendo hora.
Visto en: La neurona que, nuevamente, sobrevivió Dios sabe cómo a la Guinness, Carlsberg y Mahou.
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