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Desmembrando una muñequita japonesa

Andaba yo aprovechando las horas de Análisis de Sistemas (cualquier cosa que contenga anal no es buena y ésta asignatura no iba a ser excecpión) visitando las fotos de mis contactos de Flickr y me encuentro con esto:

La imagen de unas piezas que forman la figura de una chica japonesa, seguramente un personaje de anime. Una de esas que muestran el continuo quiero y no puedo oriental: intentar ser lo más sexualmente explícito que se pueda pero con pudor. Es como cuando sacan el vídeo de alguien ahorcándose, se ve perfectamente cómo muere pero se le pixeliza la cara para no mostrar el sufrimiento (una tontería, creo yo).

Seguramente en Japón este tipo de muñequitas de grandes pechos, firmes, braguitas de encaje y una melena hasta las rodillas: colegialas dispuestas a cualquier cerdada tentadas por adultos morbosos tengan un nombre. Prometo haber buscado cómo es, pero sólo le he dedicado unos segundos así que he cumplido, pero no ha servido para nada.

El motivo por el que le dedico un post al tema, a parte de que estoy petando la semana con mi contenido de una calidad superlativa, es porque siempre, siempre, siempre supuse que éste tipo de juguetes (o como se les califique) eran indivisibles. Los he visto muchas veces, en tiendas de cómics, me parecían fríos. En su blister, la mirada de plástico perdida en la sección de DC Comics mientras pasan y pasan chicos y chicas a ver el último número de cualquier serie. Pero no, puedes desmontarla, desvestirla… y seguramente que tocarte con ella. Es más depravado de lo que sospeché, ¡jodidos japos! Encima al revisitar las lecturas pendientes me encuentro con que los chinos son peores.

Visto en: Danny Choo, que como buen japonés (y freak) es un salido.

12 respuestas a «Desmembrando una muñequita japonesa»

Jo, yo también pensaba que no se podían desmontar. Espero que luego pudiese reconstruirla, que valen una pasta…

Creo que ese fetiche de las colegialas no tiene ningún nombre, o seguro que lo sabría y podría decírtelo (mejor que no me preguntes por qué debería saber yo de estas cosas…)

Aeris, es imposible no pregutártelo… Tiene su punto que lo diga una chica, y sobre todo, ¡que dé detalles!

Por la pinta que tienen las piezas parece fácil que se pueda montar y desmontar in mucho peligro. A lo mejor hasta puedes intercambiar complementos o ponerle el brazo en la nariz como Mr. Potato.

Jajajajaja, que mona… y que real.. En fin, no soy muy amiga del anime japonés, por aquello que acabas de describir. La mujer como adorno sexual y estúpido. Sin embargo, creo que no es una cuestión que corresponda sólo a los japoneses. No hay que olvidar que fue un occidental, Vladimir Nabokov, el que destapó la caja de los truenos con «Lolita».

Libro sorprendente donde los haya. Si lo lees no te queda otra opción que admitir que Nabokov tenía una mente perversa en la realidad, porque no puede describirse tan bien algo, sin serlo. Así pues leeros a Lolita, pero no en un lugar público, no vaya ser que os ponga en un apuro ;)

Saludos,
Ana

Cowboy Bebop no es estúpido y es anime… Las películas de Hayao Miyazaki (creo que se escribe así), tipo El castillo ambulante se saltan esa regla de adornos estúpidos también.

Leeré el libro por curiosidad, se agradecen recomendaciones. A ver qué tal Nabovok, que ni idea.

Akira, Spriggans, Ninja Scroll (bueno esté tiene algunas escenas eróticas) tampoco son estúpidos, hay bastantes buenos animes/mangas por ahí, que no tienen porque incitar a nada.

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