Ha habido suerte, tengo trabajo (¡hurra!). Siento una obligación a estar feliz y contento, pero sin más ni más.
Antes era fácil, ¿estudias o trabajas?, estudio, ¿y tú?… Con eso tenías de sobra,ahora, ¿estudio o trabajo? Según la Universidad de Valladolid soy estudiante suyo, según chiti chiti bang bang soy un currito más de quien abusar. Yo no tengo ni idea en lo que me he convertido.
Mi profesión consiste en tocar los huevos a la gente que circula por un centro comercial y forzarlos a que me firmen unos papelajos (sin ningún compromiso ni comisión de apertura o mantenimiento).
No os mentiré, la idea de recibir un sobrecillo cada mes me acerca bastante a la falsa fecilidad que nos venden. Y la verdad es que ahora mismo sólo pienso en cómo comer la cabeza a los intrépidos que osen pasar cerca del puesto de control. Con sutileza, agresividad, amenazas a sus hijos, una sonris más que forzada o con la súplica de "me va la vida en ello, fírmelo". No tengo moral, lo sé. Y me gusta.
La otra cara de la moneda me dice que cuanto más cerca estoy de un objetivo más me aleja de otro, parece que no podemos tener todo, San Francisco esperará y es que echando cuentas no me haré rico con este empleo, ni mucho menos, a no ser que me ponga a hacer contratos y me monte en el USDollar, que no lo creo, vamos.
Finalizando el post, sin vaqueros ni deportivas, más les vale que mi compañera tenga entre 16 y 25 soltera sin compromiso y se parezca en un 75 por cien a mi dama preferida, bueno, y la del viejo. Aunque pensándolo bien, si tiene apellido de cerveza tampoco importa.
Visto en: Contrato con tacto.
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