Hoy, o técnicamente ayer, ha sido dÃa 10, una fecha marcada en mi calendario como el dÃa de pagos. A esta hora, doce y poco (ya del dÃa 11) no se ha transferido nada, lo cual consigue cabrearme bastante, mi dinero es mÃo y aunque no lo quiera gastar ahora, prefiero verlo puntualmente en mi cuenta cada mes, que al menos sabré si puedo o no invertirlo en inmobiliarias.
Esto me ha hecho pensar en dos cosas, una: ya llevo más de un mes currando como becario y parece que empecé ayer, do:; hace casi medio año que andaba suspendiendo el carnet práctico y parece que fue antes de ayer.
Bueno, si nos ponemos asà sólo me doy cuenta de la mitad de cosas, y eso me hace parecer el doble de tonto. El tiempo vuela, my old friend.
Cuando escribo esto lo hago en mi mañana para que vosotros lo leáis en mi ayer (creo que se comprende).
Pero eso no es nada, lo que pasa es que no sé dónde se han metido los meses de mi vida que van desde noviembre hasta hoy. Es como si me hubiese aletargado y me comience a despertar en primavera, por las lluvias, tal vez. Me parece que puedo afirmar que ese perÃodo de tiempo no lo he vivido.
Un paréntesis donde he estado en stand-by, como un autómata. Porque joder, hace nada que entregué las prácticas de febrero y casi tengo terminada una de junio, no lo entiendo. No «recuerdo» haber pasado por marzo… ni lo que llevo de abril. Casi que ni lo de Praga, y fue hace dos semanas.
Es como si mi buhardilla fuese un mundo dejado de Dios (que lo es) donde al contrario que en el DÃa de la Marmota cada jornada nueva es igual que la anterior pero los dÃas pasan en el calendario.
Y asÃ, amigos, uno vuelve a darse cuenta de que su vida es una puta mierda porque no la vive, y vivirla es todo lo que pido en esta vida insana. Que pasen treinta años antes de mañana.
Visto en: Nokia S60, sÃ, mi calendario móvil es asÃ.
Deja una respuesta