Niños, cuando os encontréis con una persona originaria de Madrid preparaos para una frase que les acompaña y que, como el enjotamiento de la ese al decir «es que», carece de todo sentido. Ya os situéis en Burgos, ParÃs o la Fosa de las Marianas, si preguntáis a esa persona de dónde es prometo que responderá:
Na, yo soy de aquÃ, de Madriz.
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