El sábado metà la pata preguntando a la novia de un amigo si realmente le preocupaba tanto el aspecto de sus pestañas, acababan de poner en la tele un anuncio de cosmética, porque yo personalmente no me suelo fijar en el pelo que está ahà para proteger los ojos, de fijarme serÃa porque falta, como el personaje de Pink en The Wall. Su novio me miró y dijo que tampoco solÃa darle importancia. Ya tuvimos bronca montada.
A mà me parece estúpido. Empezando por el nombre, «El efecto pestañas postizas«, naturalmente antinatural. Pero es cierto que no nos damos cuenta ni del grosor ni del tamaño de las pestañas, con suerte nos damos cuenta del color si lo habéis cambiado. Y se supone que esa es la función del maquillaje, ¿no? Que no se note. En lugar de chinaros y rebotaros con tonterÃas del tipo «Mira el tiempo que dedico a prepararme y ponerme guapa para ti y no me dices nada», ¿por qué no lo cambiáis a «Qué ilusión que el maquillaje parece mÃo y no un añadido de revista»? Unos detallitos molan. Algo como lo de la imagen, pese al retoque de post-producción digital, a mà me asustarÃa. A mÃ, que para estas historias soy más simple que una madera con un clavo oxidado. Si por norma general me fijo poco, particularmente en las pestañas nada. Y al parecer, ninguno de los chicos que estábamos allà lo hacÃa. No sé cómo no derivó la conversación a la tÃpica pero certera «todo es de mentira», pechos de plástico con sujetadores que rellenan, melenas de quita y pon, y ahora pestañas de pega. No sé ni para qué os molestáis en bajaros el parche de Photoshop. Vamos, las que valoran la sinceridad por encima de todo, comienzan el dÃa mintiéndose delante del espejo.
Todos tan contentos, y tal.
Por muchas vueltas que le dé no deja de parecerme una capa de maquillaje y un gasto muy tonto, que si quieres realzar la mirada, te jodes, haber tenido unos ojazos como Dios manda. Si no es el caso, aprende a sonreÃr, que nos desviarás la atención con suma facilidad.
Visto en: Una barbacoa.
Deja una respuesta