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Chavales, no hay que usar Cuil

El buscador alternativo, dicen, puede hacer sombra a Google, comentan, menos páginas indexadas pero mejores resultados, prometen. Pues chicos, me parece que no funciona así.

Me gustaría que alguien me explicara por qué el primer enlace es una piscina de cerveza y el segundo habla sobre viajes por aquí. Me muestra 2054 resultados y no aparezco en ninguno de ellos, en serio me los he mirado todos, además, cuando cambias de página (siguientes resultados o los anteriores) puedes encontrarte con que, ¡sorpresa, no hay! Ahora bien, no se te ocurra actualizar la página y como si de un ejemplo de generación espontánea se tratara aparecen casinos y casinos. Que no sirve para mucho, pero al menos he descubierto que con una sola foto decoro bastante bien. Es algo mejor que el porno.

Más vale malo conocido.

Visto en: Cuil.

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¿Y si me muero?

Cuenta un libro que, cierto día, una muchachita apellidaba Amundsen recogió del buzón de su casa una carta al volver del instituto. Esa carta, sin remite ni ninguna seña pero dirigida a ésta chica, se limitaba a decir: «¿Quién eres?» Y si no recuerdo mal, tres «misi, misi, misi» haciendo referencia a su mascota felina después, la estudiante empieza a pensar: «¿Si no me llamase así, si tuviese otro nombre, mi vida hubiese sido igual?», y, la clave del post de esta noche, «¿si dejo de ser?». Pues llevo con esa última pregunta en la cabeza un año como poco.

Esta introducción tan filosófica sirve para exponer qué pasaría con éste blog si yo, de repente, muero. (Permitidme un apunte, y es que no entiendo la diferencia entre morir y morirse, así como está claro en otros verbos: «yo salto la verja» y «yo me salto las normas», o con correr, «yo corro» y «yo me […]», claro que no soy lingüista pero, ¿es que hay alguna diferencia entre «muero» y «me muero»? porque no la veo, si alguien sabe algo que comente.) Volviendo al tema, que me pierdo, en mi escapada me crucé con un escritor que dijo llamarse Robert Graysmith mientras caminaba por los prados guipuzcoanos -que ni he pisado la playa- y se paró a hacerme unas preguntas embarazosas. Resulta que tras charlar con este hombre me dí cuenta de que el blog podía quedarse así, en stand-by, durante días, semanas, y yo, mientras, de vacaciones tan ricamente viviendo del AdSense -mentira, si no mendigo no dais nada, lo tengo comprobado-. O si, finalmente, muero.

No tendría mucha gracia si desaparezco poco a poco, pues estaría allanando el terreno y después cualquier avispado pensará: «bueno, se ha cansado de esto y por fin ha aceptado su condición de humano como un Javi Moya cualquiera». La miga está en hacer una entrada diaria cada noche o incluso dos y luego chapar el chiringuito de un portazo, pero sin hacer ruido al cerrar.

Vamos, desaparecer del mapa.

No contestar correos, no dejarme ver por sistemas de mensajería instantánea, no responder SMSs, en definitiva, morir. Ahora mismo, justo en este momento de la madrugada tengo claro que si lo descrito tres frases más atrás ocurriese sería porque de verdad me ha pasado algo. No tengo intención de dejaros colgados, no ahora que parece que estoy remontando en número de lectores y calidad de los posts -ya me tiro yo las flores, sí-. Y para solventar esto voy a confiar a alguien la fórmula secreta, el password de la muerte o como lo queráis llamar para saber cómo entrar en mi WordPress para que pueda escribir una entrada diciendo: «Por fin, caen 100 rayos por segundo y por fin uno le ha alcanzado», o algo por el estilo, «Se ha encontrado su cuerpo flotando en el Pisuerga»…

Ah, se me olvidaba, para salir de dudas, no resulté ser Arthur Leigh Allen, así que se fue por donde había venido mientras me quedaba mirando pasar el Topo.

Visto en: Seguro que alguien ya lo ha pillado.

Actualización: Nada más pulsar «Publicar» me ha venido un flashback a la cabeza con una entrada escrita por Hugo sobre el mismo tema, hurgando en su archivo he dado con ella, se trata de la misma idea pero con más seriedad y dos años de diferencia, así que ya estoy viendo que me va a canear pensando que soy un plagiador, pero por no retirar el post, prefiero darle crédito a lo que escribió y dejar lo mío en el aire.

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El mundo 2.0 y yo

Últimamente le doy muchas vueltas al blog y al círculo acerca de lo que ElGekoNegro -en parte como personaje, sobre todo cuando se me va la olla y pensáis que me drogo- puede significar, no quiero parecer arrogante, pero es que está claro que si la blogosfera tiene un centro sobre el que gira soy yo, yo me lo he pedido, sólo tuve que quitar a Alvy del medio, y lo hice.

Desde hace ya un año no me dedico a intentar «crecer», no creo memes, no sigo los que me envían, comento con asiduidad en los sitios de siempre (bueno, con ligeras diferencias) y desde hace unas semanas intento dar a esto un cuarto de vuelta para reenfocarlo e intentar hacer los posts que hacía hace más de ocho meses, que es cuando más nivel tuve (esa es mi opinión). Aunque ahora tenga mejores números, me gustaba más antes. Y me extraña.

Me extraña principalmente porque como bien saben dos personas, soy un asocial. De uno u otro modo se puede decir que vivo en internet. Pero rehúso cualquier cosa más o menos molona que pueda mantenerme en contacto con la gente (excepto el blog y el lector de feeds, obviamente), no me gusta Twitter, no utilizo redes sociales (doy caña a Flickr y para de contar) pero puedes encontrar un perfil mío creado en hi5!, Tuenti o Facebook y estarán ahí con una presencia meramente testimonial y mil cosas más 2.0 desperdigadas por la red.

En parte es debido a lo que comentaba unas líneas más arriba, soy un asocial. Me han invitado ya varias veces a la quedada madrileña del día 19 y sinceramente, pienso que no pinto nada ahí.
No es que sea tímido, más bien, reservado. Si fuese por timidez este blog no tendría sentido. Simplemente no me gusta estar con mucha gente, prefiero grupos pequeños, y más aún si estoy entre desconocidos -entre ellos relacionados dospuntoceramente-. Ya conocéis muchos que soy excesivamente desconfiado, que dudo de todo y que por ello tardo eones en tomar decisiones. No lo veo como inseguridad, está demostrado por una empresa independiente que creo en mí de sobra, pero no creo en el resto del mundo (generalizando). Por supuesto, huelga decir que internet es un magnífico sitio donde jugar con las apariencias: desfiles de máscaras, capuchas negras, gafas de sol enormes, bigotes falsos, etc. Así que siempre se agudiza más esa sensación.

Iré acabando. La conclusión que he ido sacando con el tiempo es que cuantos más inventos o desarrollos para unir personas salen a la luz, más al margen de ello me quedo. Casi todo lo que utilizo es «1.0»: el email, la mensajería instantánea sin emoticonos gráficos, prefiero llamar a enviar un mensaje… Soy básico, y esa cualidad me hace sentirme confiado. No es miedo a las nuevas tecnologías, llanamente es que a muchas no les encuentro utilidad en mi mundo. Algunas de ellas, además, me parecen de chiste.

Visto en: ¡ASOCIAL!

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Blogs Buhardilla Pensando en alto

Disculpe usted, que lee entre las sombras

Cuando comienzas un blog te metes en una aventura bastante curiosa, comprometerte a abrirte a los demás sin esperar una respuesta igual por parte de los que deciden si eres suficientemente interesante, o lo que haces es suficientemente interesante, o lo que fotografías lo es, o tu música o… es decir, los que te leen.

Y llevo más de dos años en esto, un logro, no penséis que es fácil. Tienes que buscarte las ideas, cómo expresarlas, decidir si hoy te interesa salir en portada de meneame o lo dejas para otro día, etc.

En la mayoría de los casos esto se ve recompensado en forma de comentarios, enlaces o incluso premios. Siendo algo más concreto, en esta buhardilla en lugar de agradecer todo esto te doy las gracias por hacer click en la publicidad de forma compulsiva. Pero, ¿qué estoy diciendo? Todo esto ya lo sabes.
En este diario me he expresado un total de 809 veces. En algunas eran simples chistes con más o menos gracia, en otras era pena, dolor, sufrimiento… también he hablado de triunfos y fracasos. Es más, hasta de ideas políticas o momentos en los que deseaba perforarme el pecho, arrancarme el corazón y contribuir a agrandar el volumen de Residuos Sólidos Urbanos Humanos de esta ciudad. ¿Cómo, que esto también lo sabes? Comprendo.

Tengo más lectores que comentaristas, al menos, más suscriptores, ya no puedo controlar si se limitan a decir «ah, psa, no sé por qué me suscribí a esta mierda» y lanzarse a la próxima entrada en su lector o si de verdad lo leen. Tampoco es algo que me quite el sueño lo más mínimo, pero gracias por darme un voto de confianza una vez. También hay gente que lo lee, reconoce leerlo, y no utiliza ningún método de afiliación, ¡hola Ellohir! Me parece tedioso, pero son costumbres, él comenta, no puedo reprocharle nada, también decidió compartir su vida, bajo un inseguro pseudo anonimato como hacemos todos.
No busco saberlo todo sobre quienes me leen sin dejar más rastro que una línea en el registro del servidor, eso ya lo dejé claro. Suficiente tengo con mis paranoias. No me interesa preocuparme de más gente por el simple hecho de que me lea sin haber dicho ni mu en días, semanas… ¿dos años?

Lo que sí me parecería curioso es que podría asegurar que tú, sí, sí, tú, la que esta escuchando a Cindy Lauper y murmurando: ohhh, girls just want to haaaaave fuuuuuuun, hayas decidido saltar la barrera y encontrar un hueco entre las tinieblas para dejarte ver en inhóspitos terrenos de este gran barrio llamado internet, y que desde ése cómodo lugar entre las sombras sigues leyendo todo esto.

Podría asegurarlo.

Visto en: ¡Y no visto!

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Dos años abuhardillado

Unas palabras, unas aclaraciones y un vídeo.