Como muchos sabéis (otros habrán notado) casi siempre escribo de madrugada, esto quiere decir que me pongo a redactar un post después de todo lo que haya hecho ese dÃa. No quiero poner el cansancio como única excusa ni nada parecido, sólo que por ese motivo es más fácil que se me pasen errores. Por ejemplo que comience a escribir una frase, no me suene bien y vuelva a reescribirla pero dejándome algo de la anterior. El mensaje se entiende pero se hace algo más pesado de leer. Lo mismo pasa con tildes que faltan, formas verbales incorrectas, enlaces que no van a donde tienen que ir o cualquier otro fallo; se acumulan. Y son cosas que se pueden pasar por alto en un editor de texto con el corrector ortográfico activado.
Cuando me encuentro con algo asà más o menos llamativo (si es un tú o él sin tilde o con tilde cuando no debe es fijo que pasaré del asunto) fuera de mis dominios suelo enviar un mailo a quien corresponda, si ese blogger no tiene el gusto de conocerme o no estoy en su agenda de GMail me lo pienso y, si eso, lo comento en el post al respecto. No lo hago por tocar las pelotas, creo que a todos nos gusta que nuestras entradas estén escritas correctamente. Y es que cuando accedemos a abrir los comentarios y dejar una dirección de contacto no es sólo para que nos digan lo fantásticamente que caemos a la gente y lo enamoradÃsimas que están de nosotros. También debemos apechugar con nuestras cagadas.
Asà que ya sabéis, si encontráis fallos me lo hacéis saber, pero tampoco seáis hijos de perra y os dediquéis a buscar el error.
Visto en: Que la RAE nos pille confesados.