Valladolid no es una ciudad muy extensa si la comparamos con las grandes capitales. Estoy acostumbrado a volver a casa desde el centro (zona de salir los sábados) hasta mi casa y me chiva Google que son unos 5.5km, yo creo que algo menos, aproximadamente 5, pero el recorrido que marca es el que suelo hacer asà que él sabrá. Y eso, a las 4 de la mañana cuando ya no hay nadie por la calle y puedes pasarte los semáforos en rojo, equivale a pasearte por Pincia durante algo más de media hora. Se hace bien.
El problema es la cotidianidad, la vida entre semana, la dependencia de horarios y el precio del aparcamiento con lÃnea azul en el centro.
Éste ritmo de vida lo comenzaré en unos dÃas, con la vuelta a las clases. La idea de levantarme y esperar a que venga el bus (e implorar a los dioses de los autobuses urbanos que no haya querido adelantarse y pasar antes de que haya llegado yo) me produce una vagancia descomunal.
Si nos ponemos exquisitos, ¿por qué tengo que compartir estancia durante 15 minutos con un cani? Tengo grabado a fuego el recuerdo de uno de éstos… mozos, metiendo mano a su Jenni mientras iban camino a su instituto, taller de mecánica de chapa y pintura, centro de reunión de amigos del reggetón o una mierda de estas. No paró hasta que ella llegó al orgasmo y, claro, la señora vestida con pieles que tenÃan delante les pidió que no gritase tanto. ¡Una magnÃfica estampa para comenzar la jornada!
Asà que con el repelús que me supone rememorar semejante obscenidad (y la envidia que me produce que algo como aquél tipo tuviese alguien que le llamara con nombres de pastel, aunque fuese para pedirle el último tono del de me gusta la gasolina o le pasase el peta, y yo a nadie) mi querida y resistente neurona me lanzó la idea (nada espectacular, pero no tenÃa con quién realizar la sinapsis) me sugirió esperar a tener el carnet, mañana iré a ver si (por fin) vuelvo a empezar las prácticas que abandoné en diciembre, y ya que moverse una sola persona en coche no me sale rentable, mirar alguna scooter.
Los ciclomotores de Telepizza y yo
Desde hace tiempo he sentido una admiración inusual por el tema relacionado con llevar comida a los hogares. Tal vez sea porque mientras se forjaba mi personalidad, digamos que entre los 11 y los 14 solÃamos ir a merendar de vez en cuando a la misma pizzerÃa, ya nos conocÃan. Ahora ese negocio ha cerrado, pero es otra historia. Recuerdo comentar con uno de los repartidores de aquél sitio que las motos del Telepizza eran más bonitas. Una estupidez, sÃ. Pero veÃas esas Vespinos rojas y sabÃas que por ellas habÃan pasado mil tÃos diferentes que suplicaban propinas cuando hacÃan un pedido para costearse el regalo de su novia o qué sé yo. Lo que tenÃan en este establecimiento eran vehÃculos totalmente diferentes el uno del otro, no habÃa imagen corporativa, uno azul, otro negro, marcas diferentes etc. Los de Telepizza molaban más.
Ahora los ciclomotores que utilizan son los Peugeot Ludix:
Unas máquinas bastante baratas (la más básica no llega a 1000€ y eso ya dicen que es «económico») y de estética bastante cuidada. Muchos diréis, «¿cómo, estética cuidada? ¡Ja!». Pues aquà viene lo mejor, el  80% de las scooters están diseñadas para canis (sean de 50CC o no). Y es que esto me toca los cojones. Que miré (10 minutos) en las diferentes marcas y parece que sólo les falta poner una pegatina de un silabario japonés. Que, o buscas una scooter de 400CC totalmente sin sentido para ciudad, o prepárate para parecer un jodido Jonatan.
Dicho esto, pensaréis, ¿y por qué no una de 125? En marcas asiáticas (que me dan confianza pese a ser de las más baratas) el seguro sube más de 400€ al año, y no hay estudiante abuhardillado que se venda por tan poco, o me cobran 15.000 y jugamos como hombres o yo no firmo. ¿Entendido? Bien, a parte, que no hay una moto que me llame la atención de más de 50. Menos aún sabiendo que un amigo y compañero de clase pretende encontrar una Vespa 125 Primavera y restaurarla por su cuenta: representa un pastizal y mucho tiempo, necesita que te guste. Y yo no quiero una scooter nada más que para romper con los horarios y marchar un poco a mi bola sin que sea necesario pedalear. No quiero «una moto», me conformo con un Choi Nori, para algo más me espero a la Bonneville.
Por otro lado, porque no he andado en moto más de 15 minutos, en una de 50CC completamente automática donde acelerar-frenar era lo único que debÃas conocer. Y, ¡qué leches!, con lo que me está costando (económicamente hablando también) sacarme el B como para empezar a pensar en el A.
Finiquitando el post, ya me conocéis, seguramente termine resignado y paseando de la mano de AUVASA para ir a clase o pagarle a mi camello, que pronto debe volver de vacaciones y me estoy quedando sin. Pero al menos ya he mirado algo, por si reúno pasta algún dÃa, me entra la venada y a mis padres les doy un disgusto. Dando ejemplo.
Visto en: ¡Y me pintarÃa la diana mod en el casco cual seguidor de The Who!!
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