Canon EOS 400D, en mis manos

Ser un caprichitos es algo malo, sobre todo si te dedicas a comprar pijadas (como yo) por ahí sin preocuparte demasiado de la factura.

No creas que me he comprado ésta cámara, no, por Dios, eso no… porque no tengo los 990€ que me pedían por ella. Y en parte porque la W5 tira de maravilla, pero sólo en parte.

Lo cierto es que es la primera cámara réflex que cojo, y por extensión que utilizo (por así decirlo) así que no os voy a venir con el cuento de que la cámara tiene tal y cual para quedar como un sabelotodo de fotografía, me gusta y entiendo algo, pero no os voy a mentir, no soy un pro.

Pero sí os diré que me pareció la hostia (permitidme el taco) de cámara, venía con un objetivo 18-50mm que para la gran mayoría de fotos va bastante bien, aunque lo cambié por uno de 80mm y la verdad, mejoraba bastante para media distancia.

En cambio, el mejor recuerdo que me llevo de la 400D no tiene nada que ver con ella. La cara de la pobre dependienta que me aguantó en El Corte Inglés cuando dije: «la verdad es que ahora no estoy interesado de cambiar de cámara, pero me gusta, gracias»

Visto en: ECI, sección de fotografía.

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