Autor: ElGekoNegro

  • Avisar que un día no vas a ir a trabajar

    Cuando está es en el instituto o también en la universidad, grado superior o lo que sea, esto ni te lo planteas. Si un día te encuentras mal (ya sea porque estés enfermo de casualidad o porque anoche te liaron) y amaneces sin ganas de nada es suficiente con no ir a clase. Incluso si tienes morro puedes echarle cuento para alargar esa baja. Eres tú quien tiene que hacer un esfuerzo (esfuerzo económico incluído) para asistir a esas clases. No van a ir detrás tuyo pidiendo explicaciones de las faltas salvo casos contados. Cuando empiezas a ser un niño grande, y la responsabilidad (y un ingreso) te saca cada día de la cama, las cosas se vuelven diferentes. Tienes que coger el teléfono y decir que hoy no puedes ir al curro.

    Es una tontería y por ello ni se piensa en eso. Pero es una de las cosas que te hacen darte cuenta de que nos hacemos viejunos. En la ESO tenías que llevar un justificante del médico para hacer ver que tenías un motivo por el que no ir, en bachillerato les da igual si no has ido porque estás enfermo o porque prefieres recitar a Baudelaire  mientras bebes absenta con láudano antes que analizar frases y en la universidad hay profesores que no saben cómo te llamas ni intención que tienen. Y de repente es al revés. Me sigue pareciendo tan adulto…

    Avisas para que tus compañeros sepan que van a tener más curro y para que el jefe aprenda a pagar por unas horas que no trabajarás. Pero todos lo entienden porque por mucho que los anuncios de Liberty nos digan lo humanos no somos una máquina perfecta, todos entienden que tengamos días mejores y peores yque nuestro físico falla. Así que nadie pregunta, un escueto «mejórate» y a preparar la jornada. Lo peor que puede pasar es que seas autónomo (freelance que dicen los modernos) porque si un día no trabajas ese día no cobras o lleves un espectáculo en directo. Si Matías Prats enferma ponen a un chaval nuevo en su lugar y más o menos resuelve la papeleta, si los Rolling organizan una gira y el guitarrista se cae de un cocotero no van a cambiar de personaje así que dependiendo de los seguros contratados esa gira será un fracaso económico o no. Imagínate a Keith Richards llamando a millones de personas, una por una, diciendo «Perdona, mira, ha pasado esto y bueno… no me encuentro muy bien… ehm… sí, cancelamos el concierto». No tiene sentido, tampoco que lo haga el representante de la banda. Pero como la gente normal no es estrella de rock llamamos y lo decimos, y el mundo sigue. Te sientes totalmente reemplazable. De hecho creo que los «adultos» enferman menos (o aparentan enfermar menos) para seguir sintiéndose necesarios, imprescindibles, «si no lo hago yo…». Pero es mentira, porque aunque el siguiente lo haga mal, lo hará.

    Porque no vayas tú no pienses que van a parar todos en la empresa, seguramente se pregunten unos minutos por qué no estás y a otra cosa butterfly. El mundo laboral es fascinante.

    Visto en: La neurona currante.

  • Pac Man de oriente próximo

    Iraqi women, Ghost Monster, Pac Man

    Visto en: Magnun Photos (por si no habéis visto ya la marca de agua).

  • Cuando amplias una imagen y la foto es del mismo tamaño que la miniatura

    Una de las cosas que más me jode del mundo internetero (y sobre todo de las tiendas on line) es que te ofrezcan una foto mediana o pequeña de un producto y a la vez te permitan «ampliar» esa imagen, pero cuando haces clic y se carga la ventanita ves que el tamaño de la foto es el mismo que el de la página original. ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué?

    Visto en: Calmoto. Y sí, tengo una prácticamente igual.

  • PMS

    He cobrado. Me quema la pasta. Arde. No sé qué hacer, ¿lo compro ya? Si espero el modelo nuevo será mejor. Pero lo puedo tener ahora mismo. Son casi las 8, hasta las 10 no cierran, tampoco tengo tanto tiempo. Ya me jodería salir de la tienda y ver que el tito Jobs ha salido de la UCI para anunciar que bajan de precio, que mejoran las características o que aplican más descuento a estudiantes. Es improbable. Debería decidirme. Apesto, me tendría que duchar, preparar la pasta en la tarjeta, coger el coche, aparcar… Mucho jaleo. Me sudan las manos, se me resvalan las teclas. ¿Es mejor esperar? Mañana seguirá allí. Ni siquiera sé si puedo pagar algo así de un tirón, lo mismo la tarjeta tiene límite. Sería un fracaso. ¿Voy o no voy? Mira qué bonito queda en una mesa el jodido.

    MacBook Pro 13

    No sé por qué siempre que la compra supera los 300€ me pasan estas cosas.

    Me voy, a pensarlo al menos.

    Actualización, 11 agosto, 23:21: Parece que en ningún Corte Inglés cercano queda ninguna unidad así que me toca comerme la rabieta (y la duda) hasta dentro de unos días.

    Visto en: Y sí, responded, cojones.

  • Cintas VHS

    Hace poco tiempo comenté de pasada que una de las tareas veraniegas pendientes que tenía era ordenar el garage (que a veces lo escribo con ge y a veces lo escribo con jota, pero siempre lo escribiré como me salga de las pelotas). Ahora me paso un buen rato de cada tarde en ello. Y eso no quiere decir sólo mover cajas, sino hacer taladros, tirar cable, colocar enchufes, colocar cada herramienta en su nuevo lugar etc. Dentro de nada sólo quedará pintar. Vamos, adecentarlo como se debía haber hecho desde un principio.

    Cinta VHS azul

    Pero la primera fase, que sí era mover cajas, -las que no cupieron en mi habitación, que una buhardilla no deja de ser un trastero, habitado, pero trastero- incluía la de deshacerse de antigüedades. Ya sea donándolo a unas monjas, regalándoselo a tu primo pequeño o tirándolo directamente a la basura. Y entre tanta caja aparecieron las películas de cuando hasta yo era joven, «Anda, mira, Los Rescatadores, ¿te acuerdas cuánto te gustaba?, ¿la dejamos?». Y por ahí no paso.

    Aparecieron muchas cintas, decenas, probablemente más de cien. Muchas eran vídeos familiares sobre vacaciones o la boda de unos tíos segundos (o mi propia comunión) que ves a la semana de terminar el acto y luego nunca más se supo. Aunque no lo vayas a ver nunca más, ¿cómo vas a tirar eso? Así que salvé de la quema películas de este tipo a sabiendas de que se quedarán en otra caja otros tantos años más, porque dudo que las pase a un disco duro. En cambio todo lo que fuese ficción, fuera. Aquí me puse categórico. Y es que si quiero ver Los Rescatadores me es más cómodo buscar su torrent y hacer un doble click que bajar al garaje e intentar encontrarla, luego hacer funcionar el vídeo y rebobinar la cinta (algo de lo que ya no me acuerdo ni de cómo se hacía sin meter el dedo y arañarme con ese borde blanco plasticoso). No recordaba ni lo incómodo que era. Y me da igual que esa película fuese original, el DIVX se verá seguramente mejor y apuesto a que puedo encontrarla remasterizada en alta definición. No queremos para nada una copia de Mary Poppins grabada de la televisión, ni la de los Aristogatos grabada de la que alquilamos al videoclub (un proceso que podemos definir como P2P 1.0).

    Es un formato muerto, y menos mal. Los aparatos de vídeo ya casi ni se encuentran, las cintas eran caras (extremadamente caras comparadas con el precio de un CD o un DVD canon incluído, normal que se utilicen para copias de seguridad y poco más), ocupan mucho espacio y se deterioran con más facilidad. Nos dijeron que los DVD con función de grabar eran el futuro, pero realmente la gente no graba cosas. Ni en cintas, ni en DVDs ni en discos duros. Hemos superado esa etapa. Si pillamos un programa que nos gusta, genial, de lo contrario seguro que podemos encontrarlo en Youtube o en el seriesyonkis del momento. Y es como debe ser. Todavía me saca una sonrisa que alguna vieja gloria del show business nos advierta de que lo que se aproxima es espectacular, «no olviden programar sus vídeos o se arrepentirán». Total, saldrá en todos los programas de zapping.

    Visto en: El ritmo del garaje.