No recuerdo cómo era aquél juego. Te hacÃan algo y para que parasen tenÃas que decir cinco marcas de leche. No valÃan marcas blancas (leche del Carrefour, leche del DÃa…). Pero la entrada no va por ahÃ. Siento que tengo esto un poco desamparado y ya iba siendo hora de quitar algunas telarañas y dejarme de polladas, gallinuladas. Cuántas veces habré dicho eso. Mi credibilidad debe andar cabeza con cabeza con la de Pepe Blanco.
Voy a ponerme cómodo.
A ver. El sofá de la buhardilla está frÃo porque tiene una ventana encima, y alguien que se parece a mà no debió cerrarla correctamente una reciente noche de lluvia. Si es que tengo unas zarpas que ni el portero de Inglaterra. Adorable que es uno. El problema ha salido a la luz cuando he visto que han sido necesarios dos correos de Alexliam, preguntando cómo me iba la vida en rasgos generales, resultado de mis cada vez más esquivas ganas de contar por aquà algo medianamente Ãntimo, como la talla de Indisec. Siempre hay que meter coñas para relajar y soltar tensión durante la lectura. Realmente no deja de haber una persona detrás del blog, que por algún lado deberÃa manifestarse.
Y, ¡sorpresa! Me encuentro sorprendentemente bien. Creo que por eso me he animado a compartirlo, que no todo van a ser llantos deprimentes dignos de las peores canciones del pop español. De hecho me estoy montando mi propio cuento de la lechera, de momento sin lechera ni ubres, pero con la misma idea. De ahà el tÃtulo, ávidos lectores, que ahora todos estaréis afirmando con la cabeza que ya lo habÃais cogido. Bellacos velludos. Sé que es un juego peligroso y poco recomendable, pero joder, hasta los que nos pasamos el dÃa encauzando variables evitando que cualquier minúscula partÃcula virtual se salga del plan tenemos derecho a soñar un poquito con que dos simples y sencillÃsimas carambolas se sucedan en un breve espacio de tiempo en este universo, rompiendo ligeramente el curso inicial sin causar daños colaterales relevantes. Todo esto, ojo, hablando en un plano «profesional», cuando se den esas casualidades (con un alto Ãndice de probabilidad) quitaré las comillas. Lamentablemente esto afecta a que dedique más pensadas al trabajillo que a la recta final de carrera. Pero shh…
Y esto está haciendo que me lo crea. Primero, que gane confianza en mÃ. Que no me venÃa nada mal porque me sentÃa desbordado y pensé que incapaz. Segundo, que qué cojones, todo apunta (porque quiero que apunte) a que al final del cuento tendré que preguntar si sirven perdices en la pizzerÃa de siempre. Cuánto hablo para no decir nada concreto. No quiero concretar precisamente para no pillarme los dedos, si esto sale mal el final será tan abierto que parecerá que no pasa nada. Pero os pondré en situación, Harad, el hombre de los cojones de oro (y sé de lo que hablo), me decÃa o me echaba en cara que siempre tuve unas miras excepcionalmente altas. Que contase con que muy probablemente esto no acabase asÃ. Se referÃa a mis ganas de vivir fuera y bueno, a ser feliz con mi vida allende los mares, las montañas, pero siempre cobijado por cualquier tipo de telecomunicación. Yo me basaba únicamente en mi confianza, que me sacaba de la manga por lo que eran puntos de maná inagotables, pero nunca pude poner cartas sobre la mesa que explicaran porqué podrÃa realizar todas estas historias. De nuevo, si consigo que esa alineación astral mencionada se lleve a cabo (notad que me implico directamente, el azar para los casinos y sólo a ratos) podrÃa romper la baraja, voltear un par de cartas que sostengan mis ganas de huir y de comenzar a vivir ese mundillo que he creado en mi cabeza. Y eso me gusta, muchÃsimo. De verdad que serÃa impresionante. No he sabido expresar por escrito cuánto.
On the other hand... Todo vinilo tenÃa su cara B de rarezas. Todo Yin su Yang. Toda moneda su cruz. En mi caso, me encuentro en esta favorable situación gracias a que no hay nada que me ate aquÃ. Ya lo vais cogiendo. Aunque prometo que lo he intentado, incluso más de lo que un psicólogo recomendarÃa, sigo sin «ella». Me rÃo de esos que perjuran que «Aparece sólo, despreocúpate» o aseguran que «Es todo muy sencillo, no te compliques». Me parece que si es asà no lo deben estar disfrutando como se merece. Pero bueno, de verdad que de este tema no quiero dar ningún detalle.
Ahora os dejo, que quiero hacer un intento de helado.
Resumiendo, todo bien, gracias por preguntar.
Visto en: Marcas de leche.