Autor: ElGekoNegro

  • 20 de abril – Celtas Cortos

    Reconozco que lo idóneo hubiese sido publicar esta canción el propio 20 de abril, pero era viernes, y yo las canciones las pongo los domingos. No me vais a pegar por un par de días, ¿verdad?

    Durante varios años y bajo mi punto de vista, este tema fue el sumum de la música y de este grupo. Luego cambié de opinión, pero sigue siendo una gran canción. No se puede negar.

    He tenido la suerte de escucharla en vivo unas cuantas veces, y nunca me ha decepcionado. Ni el grupo ni la canción. A ver si pensáis lo mismo.

    [youtube vzn4WFQ5y0A] Visto en: Youtube

  • Twitter, poniendo fin a vidas gafapastas

    Creo que tengo una vida social bastante ajetreada, entre clases, billares, cervezas y partidos de fútbol en los bares, nunca me he considerado un gafapasta que desperdicia su vida al completo delante de un monitor. Sí me considero freak, y mucho, con mis sesiones de Star Wars de verme la trilogía original del tirón, y otras freakthings.

    Considero que tengo amigos, buenos amigos, y amigos reales, a los que veo casi todos los días, y nuestra relación no se basa en una conversación mediante mensajería instantánea.

    En cambio, un gafapasta sin amigos… no.

    Twitter es un servicio, como la prostitución (¿sic?) que te permite dejar claro que estás haciendo cada minuto, un ejemplo.

    He llegado al nivel 15 del tetris y tengo ganas de mear (17:34)
    No aguanto las ganas de mear (17:38)
    Me he meado, pero he llegado al nivel 20 (17:42)

    ¿Quién coño necesita eso? En serio, quién tiene la ferviente necesidad de expresar cada momento de su vida y mostrárselo al mundo? ¡Pues un gafapasta sin amigos, claro!

    A ver, no sé si me explico, los psicólogos de los ’90 aparecieron en las ciudades porque la gente no hablaba con sus amigos, y necesitaban soltar lo que hacían, han hecho, sus planes, en definitiva -casi como un blog- hablar con alguien. Pero, si su mejor amigo vive en otra ciudad y de él sólo conoce su nick del Dungeons… está apañado el hombre. No puede coger el teléfono y decir, «Ey, quedamos, tomamos unas birras y te cuento lo que me ha pasado, tío, vas a llorar de risa».

    No os preocupéis lectores gafapastosos, Twitter os salvará.

    Visto en: La gente es impredecible (ja)

  • Especímenes de gimnasio

    Basado en Fauna de biblioteca, es decir, es una copia del post, pero cambiando el ambiente y los sujetos.

    Pringados sudadores.

    El poco selecto club al que pertenezco, aquel en el que todos los que vamos hacemos los que un tío con la palabra monitor pegada a la espalda nos dice que hagamos, vamos religiosamente todos los días y nos lo curramos como si nos fuese la vida en ello de verdad, con la ingenua idea de que algún día seremos más delgados, más fuertes, más ágiles más arios.

    Los Pro.

    La élite, también conocidos como los inquilinos, personas que viven por y para el deporte, que utilizan instrumentos sólo vistos en televisión, o ponen la cinta de correr al máximo, por más de treinta y cinco segundos. Puedes llegar temprano, pero ya habrá algún inquilino dentro, puedes irte tarde, pero los inquilinos se quedarán. Nunca compitas contra los pro.
    Por suerte, nunca son atletas completos, uno no corre 40 kilómetros y luego levanta 100 kilos con cada mano.

    Tienen su lado simpático, y es que resuelven las dudas mejor que los propios monitores, saben qué ducha está jodida en cada momento, qué máquina no puedes utilizar por ser demasiado alto porque tiene un res-.kjhe-tor estropeado o cuáles son las mejores cremas para que no te roce la ropa… y te la enseñan.

    Los fugaces, o los del período.

    Son los más simpáticos, aparecen muy de cuando en cuando, se dan una gran paliza, y desaparecen… hasta el mes próximo. Su meta es tener la conciencia tranquila, decir «ya está, sigo yendo al gimnasio».

    Los ligones.

    Sobre todo chicos, están una hora dando la brasa a la pobre santa, ejem, que aguanta el chaparrón y defiende su territorio del macho en celo. Son cómicos, se cabrean con una facilidad pasmosa si intentas pedirle por favor el material que supuestamente está utilizando. Generalmente responden con un «Â¿no ves que estoy hablando?», y es cierto, por eso lo hago, por joderte, además, es cierto… sólo hablas tú, ella se resigna a mandarte la mierda con voz baja.

    Los de la operación kilo.

    Por lo general, mujeres rebosantes de felicidad y celulitis y hombres repletos de cerveza en sus barrigas que aprovechan la etapa «libre» que hay entre la época de las torrijas y la época de los chiringuitos, son como algunos animalillos, sólo viven una parte del año, la demás, se la pasan comiendo, con la esperanza puesta en que ese único lunes que ponen un pie ahí sirva para adelgazar los kilitos que les sobran.

    Los viejos mirones.

    Personalmente, los peores. Todos saben a lo que vienen, su única función es recrearse observando cómo una jovencita, que puede ser su hija, la amiga de su hija o incluso su nieta, disfruta con un poco de ejercicio. Sonríen a las chicas con descaro. Sus mentes enfermas gozan con ellas, las pobres les devuelven una mirada ladina cuando se cruzan. Mientras ellos cogen la pesa más grande que haya y encubren el esfuerzo de levantarla una única vez para hacerse los fortachones, y esconden los anillos.

    Los chicos-mujer.

    Son, de lejos los más graciosos. Bajitos, con curvas y prendas ajustadas que realcen sus caderas. No tienen complejos, ni vergüenza, lo que en parte, les enhorgullece. Se apuntan a todas las actividades femeninas, hacen pilates, aeróbic, ciclismo y otras cosas de doblarse sobre sí mismos. La única pega que ponen es que no pueden entrar en los cursos de premamá. Suelen ser simpaticones.

    Los que se pican.

    Si tu comienzas un ejercicio al mismo tiempo que otro, lo llevas jodido, chaval.
    Corriendo, pones la máquina a 7, ellos la ponen a 7.1. En bici, pones dureza 5, ellos: 6. Ejercitando músculos, levantas una cantidad X, ellos X+1, siempre lo inmediatamente superior.

    Visto en: Las neuronas, que se regeneran.

  • Introducin’ Jet Black Games

    Nace un estudio de desarrollo, qué rollo, de videojuegos, independiente, lo que no quiere decir que sean pobres.

    La noticia original la he pillado de Meristation una revista de videojuegos para la que estuve currando un tiempecillo -tal vez ésto os sorprenda, pero sí, he currado ahí- y como son tan egocéntricos y no quieren perder visitantes, nunca -o muy pocas veces- citan las fuentes originales, cosa que aquí sí hago… Consecuencia, he tenido que tirar de Mr. G para tener más material.

    Bueno, ¿pero qué carajo tiene de especial Jet Black? ¿Hacen juegos porno? -recuerden, damas y caballeros, las visitas-.

    Pues no chavalote, no van por ahí los tiros, las balas disparan en dirección a «Jet Black» como nombre.
    Para mí, Jet Black es alguien diferente a quien comentan en la wikipedia, en minúculas porque hay confianza.

    Black… hacía tiempo que no sabía nada de él, El perro negro.
    Personaje secundario, pero del grupo de protagonistas, del mejor anime del mundo.

    Jet Black, también conocido como el perro negro, porque una vez que muerde, nunca suelta su presa. Jet es un expolicía. A simple vista parece un tipo duro que nunca se preocupa por nada ni por nadie. A medida que avanza la serie, revela un instinto protector hacia sus compañeros. Lleva un brazo mecánico de cuando fue emboscado en sus días en la ISSP.

    (La maté por un yogur)

    Pringadillo disfrazado de y deshonrando a:

    Me temo que los único que os ha interesado es mi pasado laboral… qué triste.

    Visto en: Meristation