Autor: ElGekoNegro

  • Me timan 24 euros

    No recuerdo ni cuando ni por qué, pero según Sms.ac (da fallos con Firefox) un primero de mayo a la 1:28 de la madrugada decidí activar algunos de sus servicios: recepción de alertas vía mensajes cortos, con un coste de 20 céntimos cada mensaje recibido. ¡Ni siquiera enviado!

    Y lo peor es que me toca pagarles un total de 120 mensajitos, que hacen 24€. Casi nada, hoygan. Pero para tocar más los cojones, yo nunca he recibido un maldito mensaje suyola telefonista se empeña en que sí, será que yo los borro "o algo".

    A ver, alma de cántaro, ¿para qué leches voy yo a activar semejante timo? 

    La joven de Movistar, que a parte de estar buena es muy maja y me ha ayudado y explicado todo, me dice que a la fuerza se ha activado desde mi teléfono «eso no quiere decir que hayas sido tú» y me lo ha desactivado para que no me vuelvan a enviar nada ni yo lo reciba.

    Ahora sí echo en falta el filtro de correo basura para el móvil.

    Visto en: Factura

  • Mis 20 horas de heroísmo

    Si nos dan por supuestos 15 minutos de fama en nuestra vida, me he pasado un poco, he disfrutado de cerca de 20 horas del ala. Lo resumo todo para que sea más fácil de digerir.

    • Resumen, salvo a un perro de una muerte segura y me corono en el trabajo.

    Detalles, después de discutir con mi jefa y decir que no quiere que lo deje y que intente llegar a 60 tarjetas (por lo que me pagan 7 euros cada una y no 3), pero le problema es que tengo 48, y el plazo acaba el jueves (mañana, a las 17:00)., decidí aceptar el reto, y hacerme con un total de 14 tarjetas en un par de días, las doce necesarias y dos más para hoy y mañana.

    Esa misma tarde salí más que cansado del trabajo, pero como estoy sólo tenía que sacar a pasear a la perra. Y todo iba bien, realmente bien, hasta que un Bóxer sin dueño decide que quiere acompañarme mientras se las ve putas para respirar por algo que supuse una simple fatiga. Pero una fatiga que no cesaba y que le duró cerca de 600 metros (mi paseos son de un par de kilómetros) y nos siguió tan felizmente hasta que cayó desplomado. ¡Alarma!

    Ya me mosqueaba que nos pisase los talones tanto tiempo, pero creí que lo de respirar así se le pasaría, el animal parecía extremadamente cansado.

    Y tras el pánico inicial de «¿qué hago?», «el perro no es mío, puedo pirarme y pista», escogí la opción de llamar al 091 para que alguien se hiciese cargo. Y como eran las once de la noche y la gente es un poco vaga, tardaron bastante en darme un número de teléfono fijo donde llamar, los municipales vallisoletanos.

    Descuelga un hombre, le comienzo a explicar la situación mientras que una voz ruge de fondo «¡órdago!». Para que luego se diga que son leyendas urbanas. Me dijo que si el perro se movía a lo que respondí que no. Como no me tomaba demasiado en serio le hice creer que había sido envenenado, una causa razonable y posible. Y decidió mandar a «una patrulla especializada» para hacerse cargo, mientras mi pobre compañera no entendía nada, ¿por qué no habíamos vuelto a casa aún?, ¿qué quería ese perro? ¿por qué le cuesta respirar? Finalmente la patrulla especializada consistía en un hombre barrigudo que me llamó tres veces porque no encontraba la calle y se había perdido.

    A las doce y media llegamos a casa, sin haber cenado y con la obligación de recaudar un buen puñado de tarjetitas para lo que era pasado mañana. A las dos pude meterme en la cama, ajustando el despertador a las ocho y veinte.

    Pero me hubiese dado igual, no sonó, me despertó la de siempre, y me encontré con que eran las nueve y veinte y en 40 minutos tenía que estar allí, corrí a la ducha, y saqué a Mus apenas unos minutos para que «hiciese sus cosas» y volví a cambiarme para salir por patas a mi puesto, donde por cierto ya me estaban esperando

    Pero la mañana ha ido bien, y he conseguido una cifra récord, o eso me han hecho creer, 11 solicitudes rellenas, lo cual supera por mucho mi regla  de «hacer dos y leer el Marca en el bar». Así pues, a mi jefa le hacía el culo pepsicola. Y me dio la enhorabuena. Con suerte cobro (en dos plazos, porque son unos bloody rats) cerca de 1000, that’s life.

    Visto en: 20.13 – 16.15

  • Vida de soltero, solitario

    El sistema me dice que es la una y diez de la madrugada, me veo forzado a hacerle caso. He perdido la noción del tiempo. Me despierta Mus y me organizo lo justo para llegar puntual al trabajo. Estoy sólo en casa, mi familia está de vacaciones. No tengo cámara, tan sólo la del móvil.

    Me toca cocinar, limpiar, organizar la casa y firmar al cartero que me trae un paquete de Amazon. He descubierto que Wozniak sabía más electrónica con 9 años que yo con 18.

    Suena triste pero cuando he salido del trabajo sólo pensaba en dos cosas, primero, en aprovechar los 10 minutos que tenía en el centro comercial para hacer la compra (pan y Guinness) y segundo, cómo decir a mi jefa que el lunes de la semana que viene dejo el trabajo. No te creas que es fácil, ¿eh?

    Dios. Qué maldito descontrol. Sé que cuando termine este post me pondré a ver Everwood (vía P2P) y que mañana amaneceré a base de lametazos en el ojo que suplicna por salir a mear y pasear mientras los jardineros ajustan los aspersores del parque.

    Cena

    Es una casa muy grande para una sola persona, ni la música de Dylan de fondo calma mi soledad. Acabo de ver Lost in Traslation, y puede que sea un agravante. Hasta el miércoles estaré sólo. Pensé que estaría bien. "Oye, qué guay, toda la casa para mí, podré hacer lo que quiera, incluso pasearme desnudo por el salón".

    Y lo haces, y a los 3 minutos te das cuenta de que es mejor no perder los pantalones tan pronto. Pones la tele, la radio, la música del ordenador, hablas con tu compañera canina, todo con tal de no escuchar la soledad. Porque suena. El silencio retumba en cada centímetro cuadrado de la pared, de cada marco de un cuadro, cada retrato familiar… Esperas con ansias que los vecinos le den al tema para que sus gemidos y el rechinar de muelles acalle el silencio. Pero toda medida resulta inútil. La euforia inicial se va transformando en un sentimiento muy… mierda, no, no un sentimiento mierda, sino que no me sale nada que pegue. Pero sentimiento mierda está bien, me quedo con sentimiento mierda.

    Ya no queda nadie en esta ciudad, los que no se han ido aún se irán en breve. Y no puedo evadirme demasiado porque me da pena que la perra esté sola. Para algo de compañía que no voy a descolgarla así. Ni billares, ni fiestas, ni risas entre colegas. No hay.

    Y salgo de casa y voy al curro, y vuelvo y veo que me faltan los cubiertos por limpiar, y limpio y veo que las plantas están por regar, y riego y veo que los peces no han comido, y comen y veo que tengo que ordenar la habitación, y ordeno… y duermo… me despierto y veo que tengo que desayunar, y desayuno y veo que tengo que limpiar los cubiertos… y limpio… y.

    Visto en: Disfruta tu jodida vida, cabrón.