Autor: ElGekoNegro

  • Mussorgsky, Noche en el monte Pelado

    Conocida por ser parte de Fantasía, algo que no quemaría pese a ser de Disney, la obra de hoy sirve de excusa a Malkav para que me llame snob.

    Mussorgsky no es mi clásico favorito, pero esta pieza es sublime. Tampoco creo que esto debiese ser calificado como «clásico», no es Mozart. Bueno, lo que quiero decir es que mi compsitor más amado es Gershwin, reconociendo la soberanía de Los 5, y que Noche en el mnte Pelado merece su oportunidad en vuestros desgastados reproductores de música.

    Visto en: Youtube, y sí, aún conservo sus partituras.

  • Ducati 999s

    ducati999sjpg

    Preciosa moto, y tal…

    Visto en: Parada del bus.

  • Historia de una tarde invernal

    Llego a casa, no hay nadie, un mensaje en el móvil: No estamos, tienes macarrones en el horno. Qué típico. Caliento… uhmmm huele bien, ¡gracias mamá! Como. Termino, lo sucio al lavavajillas. Sofá, tele, buen cómputo. Futurama, repetido, lo veo, anuncios, Fly Music, Editors, me gusta, termina, La Sexta, anda, hoy se acababa el Tomate, qué morbillo, últimos minutos del escote de Carmen Alcayde. Prefiero a Patricia Conde.
    Todo finaliza. Aún no ha venido nadie… juego con la perra, pelota, juguete, morder, fiú-fiú, escaleras arriba, escaleras abajo. Me canso, ella termina pasando de mí.Enciendo el ordenador, Access, vista SQL, cómo lo odio… pasa una hora, hora y media, no aguanto más, Win+L. Ya volveré.
    Cojo cámara, cojo iPod. Hugo tenía razón: ya va siendo hora de que conozca la calle. No hay luz y hace frío, pero da igual, forzamos la ISO y nos ponemos la capucha de la sudadera.
    Disparo una vez, dos, tres 17 veces, he cogido el corto confío en que 80mm sea suficiente alcance. Camino. Un hombre de 60 años se fija en la cámara, me fusila con su mirada: a ver lo que haces, ¿eh?, me siento reportero del corazón: la calle es de todos añado «subnormal» lo suficientemente bajo como para que sólo lo oiga yo, se va cabreado. Me siento mal, pero en el fondo es lo de siempre, que le jodan. Sigo caminando, 34, 48, 52 fotos, llego al puente. Cerca del Pisuerga hace todavía más frío, sólo escucho los coches y a The Killers. El diafragma se sigue abriendo y cerrando, abriendo y cerrando. Las fotos hasta ahora no son nada del otro mundo, borro unas 20. El puente es fotogénico. Apago la cámara y me acerco un poco más, en el modo auto el flash viene de serie, no me percato, no lo desconecto, un conductor para su Focus cerca, grita: ¿eres un picoleto? Me sorprende, sonrío tímidamente, en el fondo no me hace gracia: No, ¿por? Se alivia: Pensé que estabas fotografiando a los coches, como los radares. Es absurdo, kafkiano. No digo nada más, se marcha, intento analizarlo todo y buscarle un sentido… no puedo. 74, 85, y 97 fotos.
    Vuelvo a casa, hay vida, subo a la buhardilla, ordenador, tarjeta, 97 fotos, se salvan 13, me conformo.

    La Bohême

    Necesito una cerveza.

    Visto en: Pucela capital.

  • Mi hijo no será una rata

    La portada de Yahoo! Y sus “noticias” siempre me suelen levantar alguna sonrisa, hoy el tema va de niños. Las futuras mamás vietnamitas (onde los Charlies) no quieren que sus hijos nazcan en el “año de la Rata”. Prefieren que sean del “año del Cerdo Dorado”, que suena a título de película infantil.

    Fuera de lo estúpido que me pueda parecer nacer antes o después del 7 de febrero, hay que respetar su religión y creencias, si un católico practicante no quiere comer carne en una determinada época del año se respeta, si un musulmán extremista se inmola a su lado también se respeta, a su familia le ponemos un piso y cambiamos la ferretería de su barrio por una mezquita, ya se convertirá al islamismo el ferretero, o se hará judío, llegará a millonario y comprará medio Hollywood para hacer una película sobre las cruzadas del siglo XXI siendo alabado por unos y criticado por otros. Todo ello de forma respetable.

    Aún así, me hace gracia que las madres se preocupen tanto y colapsen las maternidades de los hospitales temiendo que les llegue la fecha del cambio de año y sigan con el bombo. Todas se apresuran a pillar número en el turn-o-matic de las cesáreas esperando ser intervenidas para concebir un retoño del cerdo y no una monstruosa rata. Y bueno, que no soy ningún experto en culturas asiáticas, sólo sé que Akihabara mola, pero si un país como Vietnam famoso por la guerra con EEUU puede tomarse el lujo de decidir sobre cómo y cuándo hacer nacer a sus nuevas generaciones muy mal no están. Nosotros que estamos en “Occidente” sólo podemos elegir el bus que nos lleve al hospital, y si acaso, las dimensiones de los cajones de madera acolchados.

    Visto en: Yahoo! Noticias.