Nada, un truquillo rápido y os dejo que empecéis la semana. Por el motivo que os contaré a continuación necesito (me gusta, más bien, no es una necesidad imperiosa) tener una referencia de los minutos que llevo delante de la pantalla realizando una tarea sin recurrir a cronómetros u otros métodos estresantes como trabajar con el rabillo del ojo puesto en el reloj del sistema. Estaréis pensando que se trata de abrir una web porno y batir un record, demasiado cerdo como para contarlo en un post. Veréis, asà como hay personas normales que dedican su tiempo libre a meter veleros en botellas de cristal, aprender a tocar el clarinete, documentar piedras históricas a nivel amateur o lanzar trazos de óleo contra un lienzo, yo últimamente lo estoy dedicando a la realización de katas.  ¿Por qué? Bien, es muy sencillo, si bien mi dÃa a dÃa transcurre entre código fuente y documentación del mismo, como he comentado ya, estoy hasta las pelotas de software gigante con unas licencias carÃsimas en dos plataformas que no me motivan en absoluto (como son JAVA y las bases de datos de su ahora empresa madre Oracle) que no resulta nada interesante excepto para quien ya lo compra hecho y montado como puede ser, por ejemplo, una cooperativa de mataderos de pollos y gallinas con varias naves y decenas de empleados o un contador del tiempo que pasan en el baño las secretarias de una diputación provincial cualquiera. Diver. Asà pues, para no asquearme del todo con este mundo, me dedico en mis ratos libres a proyectos propios u otros quehaceres más interesantes que lo estrictamente laboral.
Al grano, como habréis visto en la imagen (que me parece completamente autoexplicativa) se trata de cambiar automática y dinámicamente el fondo de escritorio cada determinado número de minutos, un cuarto de hora en mi caso en el momento de realizar la captura. Esto significa que desde que inicio sesión, vuelvo de reposo, levanto la pantalla del portátil etc comienza a contar hasta llegar al tiempo marcado, cuando alcanza esa cifra el escritorio (que siempre suele andar visible por alguna rendija, ya que maximizar una ventana en OS X es algo asà como un dolor de huevos, de ahà el empeño que tienen en anunciarlo a bombo y platillo en su siguiente versión) o bien en el color del fondo de la barra de menús que dejará de estar presente cuando comiencen a distribuir Lion en su modo de pantalla completa calcado a Adobe Photoshop Lightroom. No lo he probado en otros sistemas operativos pero estoy seguro de que, sino existe esta opción por defecto en la utilidad para cambiar la imagen de fondo de escritorio, se puede conseguir el mismo efecto con alguna aplicación de terceros.
Bien, como decÃa al comienzo del post, yo no buscaba un control demasiado preciso, que no me haga mirar cada dos por tres si ya llevo 7 minutos o he superado los 10 porque no es una competición seria, simplemente una referencia temporal sin pitiditos ni centésimas de segundo made in Casio. Simplemente que marque sin molestar en absoluto cuándo se ha llegado a un checkpoint. Y este truco barato cumple con esos pequeños requisitos de manera magistral, además de solucionar mi eterno problema con los fondos de escritorio, que o bien tengo uno desde hace año y medio y ni lo cambio, o bien me paso horas, dÃas o semanas cambiándolos hasta encontrar otro que dejo por aburrimiento.
Como último detalle, los fondos que mejor funcionan para estas cosas son los más uniformes (o de diseños sencillos) como los que se muestran en la captura, una buena fuente para conseguirlos, si no los queréis hacer, es la fabulosa colección de Simple Desktop, auténticas preciosidades minimalistas (y geeks). Por supuesto, la mecánica será la misma con una foto mal enfocada y con ruido de la pareja sonriente y pálida por el flash del dueño del PC o de su sobrino, aún bebé, desnudo en la cama. Allá cada uno con sus problemas.
Visto en: ¡Tic-tac, tic-tac!