Tengo un problema (y van…) con esto de los nombres. Me fijo demasiado. Por ejemplo, hay nombres de chica, que sólo con escucharlos ya pienso «Joder, pues debe estar buena». AsÃ, sin mayores referencias. Un descerebrado de la life. Bipolarizado. Lógicamente, lo mismo al revés, nombres propios que son de «chicas feas». O gordas. Robustas, quiero decir.
Dentro de esta aparente normalidad, y tal, hay una extrañeza particular que me escuece y consiste solamente en ver cómo hay chicas que tienen nombres de chico. De ejemplo, sobre todo de mujeres ya mayores (que no maduritas), podrÃa poner a Miguela, Josefa, Manuela, Ignacia… También sucede lo contrario, quiero decir, ¿cómo se llama el presidente del Barça de ahora? Sandro. Que es como Sandra pero con pito. Atiza, rey de los zhunos.
De entre todos estos nombres (incluyendo el de Andrea, que tiene como significado «hombre» y aquà se lo ponen a las niñas) el que más me repatea es «el mÃo», Adriana. No sé si se trata de la versión afeminada de mi nombre o al contrario, Adrián es la versión macho man de Adriana. Y me da igual, porque Adriana es bastante femenino. Sin embargo, Adriana es un nombre que me recuerda en parte a mà y en parte a una chica la mar de estúpida que se llamaba asÃ.
Comprendedme, no es un nombre común, entonces te la presentan y piensas, coño, que guay, como yo pero en mujer y tal. La verdad es que me gustó, no conocÃa a nadie, Adrianes sÃ, a puñados, en un curso de primaria llegamos a coincidir tres en una clase, de hecho conozco a uno que nació el mismo dÃa que yo, nos bautizaron a la vez y todo. Adriana ninguna. Y era mona y en principio simpática, educada al menos, no es que me gustase, simplemente parecÃa agradable. Y en un primer momento lo fue. Pero sin conocerla de nada ves cómo la chica va defraudando a cada paso, poniéndose en evidencia de las maneras más absurdas y hasta saltando a la comba sobre la lÃnea de la legalidad. Las chicas malas tienen su punto, sÃ. Como Fiat. Pero… meh. Esta, peor aún, era sosita, tonta, incapaz de soltar cuatro frases seguidas sobre un tema interesante (para el resto de nosotros). Resumiendo. Me decepcionó. No la consideraba digna de llevar ese nombre. SÃ, es una tonterÃa, pero te hiere en tu orgullorcito.
Y eso se va quedando ahÃ, para siempre. Hasta que tienes noticias de otra Adriana. Que no conozco cuán agradable es, pero maja es y está. Y hombre, ya te levanta la… te levanta la moral. Ejem.
Asà es, otra de esas historias que dejo por aquà donde chico conoce a chica y chico huye por mil motivos.
Visto en: Adris.
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