Vengo de comentarlo con WhisKiTo en una de estas tardes de cañas y fotos. ¿Cómo haces que una persona ciega y sorda entienda una pagina web? SÃ, lo he soltado a lo burro, como me hicieron a mÃ. Miento, yo contaba con unos antecedentes. Muchas empresas y cualquier corpúsculo de la Administración exige que su página (que suele ser una aplicación web en JAVA con Oracle, que hace que WordPress parezca tan básico como un chupete) cumpla ciertos requisitos de accesibilidad. Es decir, la página debe poderse navegar con cualquier navegador, con cualquier configuración y hasta con una piedra atada a un cable, quitando todo lo bonito (y lo feo), que es en lo que todos pensamos cuando nos hablan de esto en parte debido a la facilidad de tener un espacio en la red hoy en dÃa.
El problema se lo encontró un compañero con la gente ciega, no lo vieron venir (ups), que al rellenar un formulario se encontró con un Captcha (esas caja de texto que insisten en que introduzcas los códigos autogenerados y malamente pintados que aparecen por ahà con el objeto único de saber si tienes o no humanidad, y siempre falla) y esta persona, al ser incapaz de conocer qué palabra se escondÃa tras la imagen, activó (imagino que de forma automática) el Captcha de voz, un programa que «lee» lo que aparece en la imagen o bien algo completamente diferente, depende de cómo se haya programado. Para los más curiosos, en este sitio web se utilizó JCaptcha y, como nunca se les habÃa planteado el caso, se modificó lo mÃnimo, esto quiere decir que el sintetizador de voz está en inglés. Llamadme raro, pero parece que no puedes obligar a nadie a que aprenda inglés. De forma que se tuvo que programar una aplicación que leyera «La M con la A, MA» y no «mei». Un trabajo de enanos ya que lo que hay desarrollado no era compatible (no me enteré muy bien del motivo porque ese proyecto me toca de refilón). Pensaréis que ya es casualidad y mala uva que una persona se encuentre con este problema y encima se queje, que en su derecho está. Pues ojito, que por lo visto llamó otra segunda persona, también invidente, abroncada porque no conseguÃa finalizar sus gestiones. Paciencia, señora.
Después de este marrón ya nos metieron más miedo en el cuerpo (aunque repito que a mà ni me iba ni me venÃa) con el caso de una persona que, por el motivo que sea, no fuera capaz ni de ver ni de oÃr. Una persona que como cualquier otra paga sus impuestos religiosamente y que tiene derecho a disfrutar de las ventajas de este tipo de recursos en lÃnea que algunas comunidades autónomas ofrecen. ¿Qué haces? No estoy metido en el tema, pero da para pensar, ¿cómo se idea, diseña, construye una página que no va a leerse ni en voz baja ni en voz alta? Con una única persona que se queje sobre esto la vamos a tener montada. Porque a ver quién le quita la razón.
Discutidlo con vuestra familia a la hora de la comida, mientras os dejo una pregunta simplona y obligada, ¿alguien que lea este blog de alguna manera que no contemplo? Es decir, si hay algún ciego entre vosotros y necesite de herramientas especiales que reproducen lo que escribo. Si se da el rarÃsimo caso, que se anime a compartir la experiencia.
Ahà os lo dejo, con la magdalena del desayuno. Yo a las seis arriba. Qué bien se está de vacaciones, ¿verdad?
Visto en: Capture.
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