• El mundo no está preparado para HTML 5

    Por mucho que Apple se empeñe. Para empezar, el debate de HTML5 contra Flash me parece estúpido (como tantas otras cosas, yo en mi línea) ya que son dos herramientas, sin más. Vamos a ver, si a un diseñador gráfico le preguntas si prefiere la tableta gráfica al papel y lápiz te dirá que se queda con ambas, porque son herramientas y la existencia de una no debe eliminar a la otra, o así lo entiendo yo -y Google-. Si Apple reniega de Flash porque, en efecto, es la aplicación que más consigue tirar abajo su navegador, (cosa que no pasa en un Linux de 64 bits donde, directamente, ni termina de arrancar bien, pero parece que sólo me quejo yo) debería replantear la estrategia. Si el perro tiene rabia, en lugar de matarlo, permite que los que se dedican a la investigación propia de la enfermedad saquen una vacuna válida. Porque, en efecto, si no hay Flash no hay cuelgues. Fin del asunto. Me gustaría que todo esto se les cayera encima como todo el chiringuito .me.

    HTML 5 está en pañales, hablar y alardear de que un navegador lo soporta es complicado porque ni siquiera es un estándar definido. Y aquí, como de costumbre, mis rencillas con W3C y lo que cada uno entiende por estándar, si el 90% de los navegadores son capaces de tirar para adelante con Flash y un 20% de ellos dice que es capaz de interpretar HTML 5 (cada uno a su manera), creo que lo estándar es el Flash, que tiene mayor porcentaje. Y es que el problema que encontramos es que la gente se alarma diciendo que Flash es propietario (de la antigua Macromedia ahora parte de Adobe) y eso mete mucho miedo sin saber por qué (mientras que el desarrollo de HTML 5 está en manos de una organización independiente perroflautista, que me parece peor). Esto desembocará en que, como con JavaScript, cada navegador hará lo que le dé la gana al interpretar el código. Porque ya está siendo así y así seguirá hasta que se decidan a sacarlo en condiciones. Mientras que Flash, un Applet de Java, Active X etc es interpretado por sus correspondientes clientes ahora el navegador deberá ocuparse de todo, ¿recordáis aquella máxima de UNIX que decía «Una aplicación para cada cosa»? Pues a tomar por culo, y en el aspecto de Active X me parece de perlas pero Flash y Java están disponibles para cualquier sistema de escritorio (y a este paso para casi cualquier sistema móvil).

    La gente no está lista para HTML 5

    Aparte del Cristo que se monta del lado del desarrollador, los visitantes también van finos. Ayer estuve haciendo unas pruebas en Nada Nuevo para que los episodios pudieran escucharse sin necesidad de Flash ni de tener que bajar el fichero, esto es, con la nueva etiqueta audio que, como ávidos y avispados seres que sois, sabéis que sirve (servirá) para reproducir sonidos y que debería invalidar una página en el actual HTML 4.01 y XHTML 1. Muchos (es un decir) de los que lo siguen tiran de telefonaco así que me puse a investigar qué podía hacer. Tras dos o tres intentonas de mierda en local lo subí para que Aloisius probara (lo cual le fue imposible por su versión de Internet Explorer aunque en ningún momento perdió el entusiasmo, con frases como «¡Vamos a estar en la cresta de la ola!»), ya en mi ordenador me daba problemas y es que Chrome se quedaba pillado (supuse que Safari haría lo propio y acerté, en el Mac se defiende, en el iPad del SDK hace algún intento y en el iPhone del mismo juguetito -curiosamente- no hace nada), algo que parece normal, mientras que Firefox lo interpretaba de maravilla. Tras darle un par de vueltas consulté a más gente y la respuesta fue clara, los navegadores del trabajao no tienen HTML 5. Así lo constató Ponzonha y posteriormente FiFi ambos con un Firefox 2, mientras que zetxek, siempre con mil dispositivos alrededor preguntó por un posible error de códecs, ya que lo estándar para esta gente es el .ogg porque los .mp3 son propietarios y muerden. Sí, lo estándar es lo que no usa ni Clifford, de nuevo. Dejé de lado el pedante estándar abierto y con el emepetrés la cosa mejoró en WebKit lo justo, no hace caso a la etiqueta (flipen, señores) sino que hay que atajar metiendo JavaScript a machete. ¿Para qué está (estará) la mencionada etiqueta? Como para bien o para mal casi todos navegan desde un ordenador de una oficina incapaz de devolver correctamente el código lo dejé en stand-by, me fui a mear, comí algo y me piré.

    Así como CSS 3 está más que implantado (aunque al validador de mi amada W3C sea incapaz de verlo de primeras y te hace pasarlo dos veces cambiando a mano la versión) creo que todavía queda un rato para que HTML 5 pase de vaporware que suena requetebien a algo entendido y soportado por todos de la misma manera, eso sí, si los navegadores quieren y si la organizacioncilla esa se pone las pilas de verdad y se deja de gilipolleces. Por mucho que Apple se empeñe.

    Visto en: Desarrollo, ¡qué rollo!

  • Mejora tu inglés con la TDT y la Ruleta de la Suerte

    Aunque ya hablé medianamente del tema hace año y pico quiero dedicarle una entrada enterita al delicioso asunto de aprender o mejorar un idioma gracias a la televisión. Aunque no sea exclusivo de la TDT, que tan en boga está últimamente, el poder escuchar programas en sus idiomas originales ayuda mucho (recuerdo dar al botón de DUAL del mando cuando era un niño y vivía en Guipúzcoa, los dibujos en japonés, por ejemplo). Sin duda la TDT lo facilita porque hay muchas zonas de España donde no hay cobertura DUAL (aquí, mismamente). Que sí, que también hay zonas donde no llega la propia TDT, y que la TDT se ve muy mal cuando la señal se pierde un poco y que es la misma basura de antes pero con más canales, que yo no quiero ver a David Meca anunciando cintas de correr, que yo no quiero ver a David Meca haga lo que haga, etc. Bueno, vamos a desmitificar todo esto un poco, excepto lo de Meca, cuando hay señal la TDT se ve muy bien y la señal suele llegar bien a menudo, sólo que un aparato conectado a un euroconector medio suelto que se conecta a otro aparato con otro euroconector en perpetuo estado de tente mientras cobro (o «beta» que dicen los técnicos) pues hace perder algo de fuelle a toda la transmisión de la señal.

    Ahora, al tema, más allá de que se ve con mejor calidad que antes (decir esto se me hace raro porque llevamos ya unos años con la TDT en casa) el poder aprovechar los dos canales de audio y sus subtítulos nativos (no los guarros del teletexto, con unas traducciones porculeras dignas del Final Fantasy XIII donde «No, gracias» se transforma en «Pues va a ser que no») es de agradecer. Yo, que me las doy de duro, me fuerzo a entenderlo sin subtítulos porque sino no hago oído y me acomodo a leer sin hacer caso a las voces, y para eso ya tengo Amazon, pero saber que siempre están ahí cuando me pierdo es un alivio. Dentro de esto hay niveles, por ejemplo, Cesar Millán, «El encantador de perros», debido a su origen hispano entenderle está tirado porque tiene el mismo acento de chicano que nosotros pero, como nosotros, sin tatuajes de rosas con espinas ni vírgenes. Y su horario es cojonudo. Al menos para mí. Me levanto un domingo (como hoy) sin ganas de hacer nada, me tiro al sofá y ponen, a) Impacto TV, b) Las obas de La Sexta (que me las trago a veces, como los viejos en un parque pero sin boina, ni pipas, ni gritos de «Ese mortero en mi tiempo llevaba menos cemento, ¿eh?» porque todavía estoy en «mi tiempo» pero diciendo «Cacho máquina, redios» cada vez que sacan una tuneladora o una grúa de infarto, pero sin boina, ni pipas, ni gritos de «Ese mortero en mi tiempo llevaba…» break;) o c) El mejicano de los chuchos rabiosos con patines estrafalarios. Y la verdad es que es bastante entretenido.

    Desde hace unos fines de semana, listo que es uno, lo pongo no sólo para desesperezarme sino también para oír algo en inglés más allá de Series Yonkis. Y mano de santo. También aprovecho para ver Matrimonio con hijos en su lengua natural, pero aunque coja los chistes (o eso creo) me parece radicalmente más seria que en castellano, el personaje de la ya mayorcita Christina Applegate parece más inteligente y me entristece un poco. Y es que funciona realmente bien, probadlo y en unas semanas veréis cómo habéis pillado un nivel más que decente, lo suficiente como para que vuestros padres no crean que tiraron su dinero en la Escuela Oficial de Idiomas.

    Spin the wheel!

    Pero no todo es escuchar, forzarse a escuchar o leer sin más, a veces hay que juntarlo todo. El programa que aquí lleva Don Jorge Actafarma me dio una idea, en el gimnasio lo ponen a diario. En muchos de los paneles del concurso aparecen juegos de palabras, frases hechas, búsqueda de sinónimos etc, que obligan a relacionar conceptos a través del lenguaje. Pensé que sería genial tener acceso al juego en inglés para así descubrir más frases de este estilo y ver cómo soy de rápido con este idioma, porque, como sabemos, la mecánica del programa es idéntica. Y me puse manos a la obra o, mejor dicho, manos a Youtube, y di con una colección de 75 vídeos de su versión americana (la original) que recoge momentos memorables de sus 25 primeros años en antena. Lamentablemente algunos vídeos de esta lista de reproducción ya no están por las conocidas infracciones de los derechos de autor.

    De estos vídeos me llaman la atención muchas cosas pero sobre todas ellas una: no son cutres. Quiero decir, en la ruleta española la cifra más alta que puedes conseguir es de 200€ (tal vez 250, no lo recuerdo) y los «gajos especiales» que no siempre están son de 500 ó 1000€ nada más, los americanos (ya hace años) tenían porciones de miles de dólares. Los premios, en lugar de un DVD de 20 pavos, eran una Vespa de las feas (de la época). Y, finalmente, aunque dependiera del año de emisión, había menos opciones de perder el turno o el dinero que en la de aquí ya que me parece que no hay tantas casillas de quiebra como en su edición local.

    Me gustaría decir algo más sobre su dificultad pero apenas habré visto unos 15 vídeos (escogidos aleatoriamente) y para mí hay cosas bastante chungas que me cuesta descubrir porque no he visto nunca. Así que no sé si depende del día los guionistas están más enchufados o no.

    Estaría bien que le dieseis una oportunidad porque, como digo, no requiere mucho tiempo y poco a poco vas resembrando la simiente de este omnipresente lenguaje.

    Visto en: Cuatroº y Youtube.

  • Afortunado en el juego

    Acabo de ganar 25€ en una de esas timbas ilegales que organizamos los jóvenes, Texas Hold’em.

    Va por vosotras.

    Visto en: Una cocina.

  • Doble L mayúscula

    Una vuelta de tuerca corta, que no hay ganas de escribir mucho. Ojo al comenzar una frase con elle, todos (y me incluyo) somos más rápidos que nuestra sombra y terminamos escribiendo LL en lugar de Ll, y diréis, menuda tontería. Y lo es, porque perdido entre miles de caracteres en un texto pasa casi desapercibido, pero da vergüenza ajena cuando forma parte de un titular de un telediario, por ejemplo, donde no tienen un ápice de clase y lo presentan todo en mayúsculas automáticamente, o peor, un medio de la prensa (mal) escrita. Y luego pasa lo que pasa. Y que sí, repito, yo he cometido ese error en incontables ocasiones (¿cómo es que las ocasiones son incontables?). En serio es ridículo.

    En definitiva, que tenemos unos dedos demasiado veloces y aunque suene sexualmente bien, para estas historias nos crean problemillas de estilo que debemos erradicar como buenos bloggers exigentes. Y sino, a una red de blogs, o a MSN Spaces.

    Visto en: …J, K, L, M, N…

  • Gafas de sol

    Amaneces un mediodía, de domingo, el sol en la cara, completamente descansado. Te sales de la cama, te duchas, cantas cuatro tonterías de los Gandules, abres el armario y, ¿por qué no?, te pones esa americana negra que te compraste en Zara para una boda y nunca más volviste a llevar porque resultaba algo ridículo (por mucho que la abuela dijese lo contrario) y, joder, sorprendentemente te queda de puta madre. Te sientes cómodo con ella. Te colocas tu reloj (el de tic-tac), en la mesilla hay una carta del banco intentando venderte alguna milonga de las que no se bailan y del que cada mes te quitan la misma cantidad de dinero (que intentas que salga de aquí pero no termina de funcionar), bajas a desayunar un zumo y tu madre te entrega una gafas de sol para que te las pruebes. Ahora en primera persona, en ese preciso momento me hice un hombrecito.

    Os contaré porqué. Tendría como 14 años o así cuando prometí a mi madre que llevaría gafas de sol cuando me sacara el carnet de coche, pero no antes. No es por ninguna manía, simplemente no me siento cómodo con ellas y veo igualmente bien con gafas que sin gafas. Tanto es así que en una ocasión me echaron (literalmente) de una óptica porque les estaba haciendo perder el tiempo al analizarme la vista ya que sufría de vez en cuando mareos y dolor de cabeza y lo atribuyeron a un posible problema visual. Pese a todo, he tenido gafas de sol, me las ponía muy poco, estéticamente nunca me gustaron y el único par que me medio quedaba bien lo perdí a la semana de estrenarlo. Un trazas.

    Cuando digo que no me quedaban bien no lo hago para excusarme, es que cualquiera puede deciros que estoy mejor sin ellas por una sencilla razón: tengo una facilidad pasmosa para parecer un policía. Esto en un principio me resultaba hasta gracioso porque realmente daba el pego, con la cazadora de cuero y una cara seria, hacía algunas bromas de vez en cuando, en cambio cuando pasa un tiempo y tienes otra perspectiva de todo el asunto se vuelve más turbio, en una ocasión (la más dramática), entramos en un bar y fui a mear, al baño, donde me encontré a un yonki de estos modernos, con gafas de pasta, zapatillas de colores chillones, camisetas blancas largas con dibujitos rollo ochentero, vamos un chaval nervioso con demasiadas pelas y coca en la que gastarlas, que de sobra se sabía que se había pasado de la raya (super ingenioso, ¿eh?), que al verme de verdad creyó que era un policía nacional con intención de registrarle (supongo) por lo que echó al retrete unas bolsitas diminutas. Yo hice como que no vi nada para intentar no meterme en líos y por lo visto ese fue mi error, al ver él que yo (una vez meé) tenía intenciones de pirarme como si nada me preguntó si era o no un policía. Al responder que no y ver que había tirado unos cuantos euros por la taza del váter «por mi culpa» la tontería de «Tío, no sabes lo que te pareces a un madero, puedes ir a un mantero y decir que te regale los discos pirata» cobró un enfoque mucho más oscuro sin querer. Y desde entonces, claro, a mí no me hace mucha gracia tener esta facilidad para coronarme maestro del disfraz, al menos para uno de los Village People.

    Entonces, esa casi tarde de domingo frente a un espejo, a sabiendas de que realmente iba vestido de una manera genial (lo cual me resultaba curioso porque siempre iba «psé», pero aquél día, y no lo digo de coña porque los tíos también nos damos cuenta de estas cosas de vez en cuando, estaba francamente bien, informal y adulto, un nuevo rol al que me estoy empezando a acostumbrar), cogí aquellas gafas (que eran similares a estas, con cristales polarizados, aunque no de marca conocida por mí) y me las coloqué con miedo a parecer un nuevo Hombre de Paco y al abrir los ojos vi a Calamaro. Andrelo. No sabía si era porque me apretaban las patillas en la cabeza y veía una distorsionada realidad que conectaba aquél espejo con Argentina o es que realmente he dejado de lado las siete diferencias con el Inspector Juárez para comenzar una nueva etapa como líder de Los Rodríguez, pero sin pitillo ni piano.

    De cualquiera de las dos maneras no me terminaba de ver con aquellas gafas, menos aún cuando me apretaban en la sesera, y ahora las lleva mi padre. Sé que un día me veré obligado a pasar por el aro y hacer feliz a mi santa madre. Además de que también estoy convencido de que encontraré algunas con las que ni me sienta ridículo ni parezca cualquier otra cosa que no sea yo. Es más, viendo cómo he ido evolucionando llegará el momento en el que sea yo quien se dirija a una óptica a mirar por encima modelos y precios. Creo que esta va a ser mi rutina hasta que florezca el pelo de las orejas, mañana en la que ya seré viejo, y otro post que os calzaré.

    Visto en: Mo, mo.