• Mi hijo no será una rata

    La portada de Yahoo! Y sus “noticias” siempre me suelen levantar alguna sonrisa, hoy el tema va de niños. Las futuras mamás vietnamitas (onde los Charlies) no quieren que sus hijos nazcan en el “año de la Rata”. Prefieren que sean del “año del Cerdo Dorado”, que suena a título de película infantil.

    Fuera de lo estúpido que me pueda parecer nacer antes o después del 7 de febrero, hay que respetar su religión y creencias, si un católico practicante no quiere comer carne en una determinada época del año se respeta, si un musulmán extremista se inmola a su lado también se respeta, a su familia le ponemos un piso y cambiamos la ferretería de su barrio por una mezquita, ya se convertirá al islamismo el ferretero, o se hará judío, llegará a millonario y comprará medio Hollywood para hacer una película sobre las cruzadas del siglo XXI siendo alabado por unos y criticado por otros. Todo ello de forma respetable.

    Aún así, me hace gracia que las madres se preocupen tanto y colapsen las maternidades de los hospitales temiendo que les llegue la fecha del cambio de año y sigan con el bombo. Todas se apresuran a pillar número en el turn-o-matic de las cesáreas esperando ser intervenidas para concebir un retoño del cerdo y no una monstruosa rata. Y bueno, que no soy ningún experto en culturas asiáticas, sólo sé que Akihabara mola, pero si un país como Vietnam famoso por la guerra con EEUU puede tomarse el lujo de decidir sobre cómo y cuándo hacer nacer a sus nuevas generaciones muy mal no están. Nosotros que estamos en “Occidente” sólo podemos elegir el bus que nos lleve al hospital, y si acaso, las dimensiones de los cajones de madera acolchados.

    Visto en: Yahoo! Noticias.

  • Descontando días

     

    Él- Eh… ¿has visto Cartas desde Iwo Jima?
    Yo- Sep, me gustó.
    Él- Es que… no sé, me siento como el chino aquél…
    Yo- Era japo, no chino.
    Él- …Sí, bueno, da igual, el cocinero de…
    Yo- No, era panadero, los soldados del imperio le saqueaban la tienducha en medio de la Guerra para…
    Él- Oye tío, ¿también vas a decirme cómo me siento?
    Yo- Sí: acojonado y desesperado.
    Él- Cabrón…
    No he cambiado, me gusta.

    Por cierto, gracias a toda esa gente que da clics en la publi desinteresadamente, pronto os devolveremos a vuestros familiares secuestrados por las Farc, ya sabéis, caprichos de la revolución. Seguid con el dedo flojo, ‘porfa’.

     

    Visto en: Camino a la cafetería.

  • RHCP, Road Trippin’

    Puede que esta sea mi canción favorita de Red Hot Chili Peppers, me parece muy buena. Un planazo. Let’s go get lost.

    Visto en: Youtube.

  • Quiero una película sobre Blas de Lezo

    Si nos comentan algo sobre una armada, comandantes españoles frente flotas inglesas seguramente pensemos en el desastre de la Armada Invencible porque la LOGSE no nos ha permitido más. Pero existe un hecho contrario y del que deberíamos sentirnos muy orgullosos que los libros de Historia obvian. Parece ser que sigue estando mal visto alabar las hazañas de uno de los mayores imperios del mundo, actual Reino de España.

    Trata de cómo un hombre, Blas de Lezo, guipuzcoano al servicio de su majestad, acompañado por menos de 3mil soldados y 600 indios con sus arcos y flechas derrota a:

    2mil cañones dispuestos en 186 barcos, entre navíos de guerra, fragatas, brulotes y buques de transporte, y 23.600 combatientes entre marinos, soldados y esclavos negros macheteros de Jamaica, más 4mil reclutas del bando británico. Ahí es nada, chavales.

    Defender Cartagena de Indias como fuese.

    Fue justo lo contrario. Fue la derrota más importante que tuvo nunca Inglaterra. Con sólo seis navíos y 2.830 hombres, y mucha imaginación, Blas de Lezo derrotó a Vernon, que traía 180 navíos y casi 25mil hombres.

    Los ingleses habían acuñado monedas conmemorando su victoria y riéndose de España que tuvieron que retirar enseguida.

    Lo curioso es que al héroe en cuestión le faltaba una pierna (de un cañonazo, amputación sin anestesia y ni se quejó), un brazo y un ojo. Por ello le llamaban El MedioHombre.

    Ahora me quejo. No entiendo por qué el maldito y asqueroso cine español se deja las subvenciones pagando guiones vomitivos o contando manidas e innecesarias (incluso falsas) historias sobre la Guerra Civil, situaciones donde sin motivo la actriz de turno se despelota -única excusa válida para tragarse una película entera- o recordar a un tío que hizo más cosas malas que buenas.

    Vamos, es que de Lezo (que si alguien conoce Pasajes hay que decir que era de San Juan, y no de Lezo) se merece estatuas en bronce, películas, series de multimillonario presupuesto y hasta una entrada de un blog.

    Visto en: Wikipedia, Wikipedia Inglesa (one of the greatest strategists and commanders in the history of the Spanish Navy), dice.

  • Televisión educativa

    Mucho me han comido a mí la cabeza con que la tele sirve para aprender. Sinceramente, no. He crecido entre tortugas ninja, Power Rangers y el comienzo de Pokémon (canción de jigglypuff incluida) y ya he visto lo suficiente como para saber que educar… la tele no. Y no hablaré de Karmeles y Jorge Javieres.

    Pero enseña.

    Ya comenté una vez que yo veía (y veo) Bricomaía y que soy fiel fan de Kristian Pielhoff y sus aventuras, siempre armado con sus Bosch como todo hombre de bien ha de tener en su garaje por si alguna vez le sobran cuatro maderas, litros de No más clavos y un fin de semana para lijar.

    Además, ahora que he visto Los Lunnies más de quince minutos seguidos, que me he tragado episodios enteros de Pocoyó -que no está tan mal- ya puedo decir que el mejor espacio televisivo que nos culturiza es(más…)