Aunque ya se me coronó asà hace meses, no ha sido hasta hoy cuando me he convertido oficialmente en spammer. No, es coña, no soy un spammer.
La verdad es que sà utilizo mucho el correo electrónico, pero no envÃo mensajes a millares y millones de personas en minutos, ni intención que tengo. De hecho, tenÃa a medias un post sobre la inutilidad del spam titulado «No soy impotente» ya que las ofertas de viagra son la pastilla nuestra de cada dÃa en mi bandeja de entrada de correo basura.
Casualidades de la vida (y de Telefónica) hoy hemos recibido una carta donde «Por la presente» nos llaman spammers de mierda, y como el que más utiliza los ordenadores de casa soy yo, es un insulto directo hacia la mÃa persona. Empezando con que tan sólo «contemplan la posibilidad» de que esté infectado con algún tipo de sofware que envÃe mierdas de estas yo ya me considero libre. Es más, el cuerpo del mensaje comienza diciendo: estamos recibiendo quejas de otros usuarios, en las que nos denuncian la recepción no deseada de correos no deseados ni solicitados. A ver… que cada cual haga lo que quiera con su cuenta hotmail, que si el filtro de mensajes no funciona la culpa mÃa no es, y lo de recibir mensajes no solicitados, ejem, a ver a quién y dónde dejan su cuenta. Vale, echarme la culpa, ellos manejan mi IP (dinámica) y por lo visto también mis datos, pero se me antoja difÃcil que alguien haya colado una aplicación en alguno de los equipos, tanto en el iMac como en el sobremesa (Ubuntu), en el portátil (que si lleva XP) serÃa posible, pero sólo lo utilizo para las clases, pruebas y prácticas, asà que lo dudo mucho.
Visto en: Correo, ¡postal!