• Con licencia para putear(me)

    Tengo dos noticias, una buena y otra buena ¿por cuál comienzo?

    Perfecto, la primera es que por fin ha llegado mi querida Lowepro CompuDayPack y que «sólo» me ha costado 45€ de aduana, en lugar de los 60 que me dijeron en la primera llamada y los 67 que me afirmaron ayer por teléfono, sabe Dios por qué este cambio de precio, yo ni lo cuestiono, sólo me quedo maravillado con su color LeafGreen y lo bien que cabe y se ajusta cada ítem en su cubículo.

    La segunda es que vuelvo a ser un currito. Sí, de penalti, yo no lo buscaba, de verdad. Supongo que hay una serie de elecciones que separan a los niños de los niños con rizos, una de ellas es subirse al vagón adecuado cuando el tren se para en su andén durante unos segundos. Ah, que todavía no he dicho de qué, pues «de lo mío».

    En mi universidad hay un departamento donde te apuntas y, con suerte, te encuentran un pequeño trabajo de becario -por eso lo de putear– en un horario que te venga bien. Mi caso es algo diferente ya que yo no eché ninguna solicitud, fue una profesora (Desarrollo y diseño web) la que me recomendó para una plaza sin comentarme nada antes, la empresa forma parte de la propia universidad (como que su oficina está en el mismo edificio), así que me quería meter de enchufado.

    Dijeron que vale y el departamento se tomó la molestia de hacerme perder media hora de clase para explicarme (por primera vez) lo que conspiraban acerca de mi futuro inmediato. Y, como suele pasar en estos casos, necesitaban que les diese una respuesta en el momento (ayer). Cuatro horas al día, 360€ al mes, sin necesidad de carnet ni experiencia previa, en el mismo centro… Por probar, sí quiero.

    Como consecuencia me comentaron que ya tenían programada una entrevista con «Ricardo», que supuse sería el jefecillo de todo el tinglado donde insistían en querer meterme.

    La entrevista ha ido bastante bien, si no fuese porque requiere que me ponga las pilas y aprenda bastantes cosas de las que debería aprender en segundo o tercero según el plan de la carrera, lo que dicho de otra forma, me mantendrá empollando el fin de semana para quedar bien el lunes (lo cierto es que no sé si empiezo el lunes o qué), pero becario como programador de PHP se me antoja un oficio difícil.

    Visto en: ESI Valladolid.

  • Si Google fuese británica

    Esto es lo que buscamos ahora:

    Esta la equivalencia actual (28/02/2008):

    Así nos irían las cosas:

    Visto en: Yahoo! noticias, El euro alcanza el valor de 1.5$, pero no deberíamos alegrarnos.

  • La verdad es subjetiva

    La era de la información lo llaman, podemos enterarnos en menos de una hora de lo que acontece en las antípodas, en unos minutos hojeamos los feeds para ponernos al día, en segundos leemos las portadas de los diarios, y nos creemos la que mejor nos (me) parezca:


    Te vendo mi verdad, es igual de subjetiva que la suya pero sólo cuesta un click. ¿No sabías que también soy periodista?

    Visto en: Kiosko.

  • Cómo perder 60€ en trámites burocráticos

    La imagen que tengo de la burocracia estadounidense es de ejemplar, hice una compra en eBay, se perdió el envío y me pusieron en contacto por email con el servicio postal americano, USPS, tuve que enviar un burofax (algo menos de 20€) y me reingresaron el importe de la compra además del coste del burofax en unas pocas horas, es más, me informaron por email de que todo estaba correcto y que perdonase las molestias. Por mi parte, un placer.

    Las cosas cambias en nuestro país. Nos hacen creer que con Internet desaparecieron las fronteros, pero se olvidaron decir el «a veces»,

    Ya comenté que estaba esperando el envío de una mochila que encargué en Amazon. No me quejo, más barato, confianza… El problema es que han detenido el paquete a su llegada a España. Es decir, las fronteras, incluso con Internet, existen.

    No voy a culpar a DHL, ni a Amazon ni a la tienda dentro de Amazon a la cual le compré la mochila, pero con alguien me podré cabrear, ¿no?

    El envío ha llegado hoy a Vitoria (en menos tiempo de lo que esperaba, la verdad, ahora a ver cuánto le lleva hacer el recorrido Vitoria-Valladolid, cruzaré los dedos aún y todo).

    Y es que no puedo decir nada, las aduanas están ahí, esperando que pagues a Hacienda una cantidad de 60 euros (más de lo que cuesta la mochila en sí) con la misma alegría con la que un niño espera ser elegido el siguiente para entrar a jugar, para colmo, es necesario que los pague alguien que haga la declaración de la Renta, como no es mi caso deberé invitar a mi padre a que colabore. De forma que el tinglado queda así, si hubiese pillado aquí (España) el ítem sólo me habría costado 15€ más, más caro, pero te ahorras disgustos. La pena es que en esta querida ciudad no hay forma de conseguir modelos de esas características, y tendría que bajarme a Madrid o confiar en que me lo traigan bajo pedido.

    Imagino que bastantes de vosotros habéis comprado algo al extranjero, solemos recordar la importancia de los gastos de envío y manipulación pero desestimamos las aduanas y sus aranceles, que por lo que me ha dado tiempo a leer han dado sustos muy gordos en depende qué tipo de pedidos. Y aquí es cuando arremeto contra ellas, me parece formidable que estén controlando la droga o copias ilegales de relojes que entran en el país, en serio, me parece una labor que no valoramos pero que es necesaria, me parece loable que diéseis de paso los libros que me han enviado y otros artículos electrónicos tan bonitos que han pasado por vuestras manos antes de llegar a las mías sin cobrarme un jodido duro, pero no entiendo qué puta necesidad hay de pararse a tocar los huevos junto en ese instante en que visteis una caja de 2.5KG, hijos de perra, centraros en la coca y no me sangréis sólo porque tenéis que molestar a un determinado número de pardillos al mes, que no está el AdSense para tirar cohetes

    Visto en: Telefonazo de DHL.