• ¡Qué gran uso de la luz! (sic)

    Una de las bondades de Flickr es que entre sus usuarios hay gente que está dispuesta a despelotarse, conseguir en minutos decenas de favoritos y vistas de la foto en cuestión y aparecer en las más interesantes al día siguiente. Todo gracias al amparo del basto significado de arte y erotismo. Con esto no hay problema alguno, por mi parte, si cualquier chica decide enseñarse casi sin ropa, bien, alegría y cerveza fría.

    Lo más cachondo y patético a la vez de ese asunto son sin duda siempre los comentarios y las notas. La gente en lugar de ser sinceros y directos, algo del tipo: «He entrado aquí para verte las tetas», se busca una excusa la mar de chorra y barata, siempre intentando quedar como un entendido en el tema, a saber: «Muy bien empleado el blanco y negro», «maravilloso uso de la luz»… o comentarios del tipo: «Tienes los mismos enchufes en la pared que yo» o «la persiana puede llegar distraer».

    [ya no hay foto]

    ¡Y una mierda! Con el esfuerzo óptico que has tenido que hacer para desviar tu trayectoria visual de sus mamas… Supongo que es la parte fotologuera del servicio de Yahoo!

    pecho

    Yo mientras estoy a ver si creo escuela.

    Visto en: Flickr.

  • Metallica, Leper Messiah

    Y hoy, una canción que me ayuda a concentrarme: Leper Messiah, del disco Master of Puppets de uno de los mejores grupos de rock actualmente (aunque habría que ver qué se entiende por rock actualmente). Si no recuerdo mal, el primer (y único) disco original que he comprado para mí es suyo, un E.P. que incluía parte de un concierto en París, el single The unnamed feeling y un vídeo que aún hoy, no he visto.

    Bueno, felices exámenes a todos.

    Visto en: Youtube.

  • Mecano, Me cuesta tanto olvidarte

    Estaba cantado, ¿no?


    Entre el cielo y el suelo hay algo
    con tendencia a quedarse calvo
    de tanto recordar.
    Y ese algo que soy yo mismo
    es un cuadro de bifrontismo
    que sólo da una faz,
    la cara vista es un anuncio de Signal,
    la cara oculta es la resulta
    de mi idea genial de echarte,
    me cuesta tanto olvidarte.

    […]

    Olvidar quince mil encantos es
    mucha sensatez.
    Y no sé si seré sensato
    lo que sé es que me cuesta un rato
    hacer las cosas sin querer
    .

    […]

    Me cuesta tanto olvidarte.

    Visto en: Youtube.

  • Estuve a punto de convertirme en Peter Parker

    En época de exámenes toca ir a lo fácil, cuanto menos pensar, mejor, suficientes neuronas dejo inertes en los apuntes. Solucionas la papeleta escribiendo menos, escribiendo chorradas, colgados estupideces… sobrevives. Hay que ir a lo sencillo. Otro día iré a lo que vende, para compensar.

    Contaba yo con 12 años cuando me mordió, no se le podía llamar picadura, una tarántula hispanica, como ésta (no pongo la foto aquí por si hay algún lector con fobia). En la parte de la mano que une el dedo meñique con la palma. Era silvestre, y en principio no yo no veía más que una araña grande, pero por suerte había alguien cerca que sabía bastante de arácnidos y pudo tranquilizarte con la frase: Tranquilo, sólo es una tarántula. Nunca metáis la mano desnuda en una zona donde os digan que ahí se mueve algo. Tampoco lo hagáis con guantes, yo llevaba uno de esos blancos, de plástico, y con el mordisco reventó para facilitar al animal quedarse enganchado a mi mano durante unos seis segundos.

    En ese tiempo yo me quedé, al principio, sorprendido por semejante bicho que nunca había visto fuera de la tele, o lo más cercano, dentro de una urna, estuve unos dos segundos -de esos que se hacen eternos- sin moverme, mirando fijamente a los múltiples ojos del bicho que cada vez apretaba más fuerte sus ¿dientes? contra mí. Luego ya reaccioné, soy palabrotero ahora, a los doce también, algo menos, pero si solté un «Â¡joder, que me está picando!»

    Me dijeron lo que era, agité mi mano intentando que soltase hasta que al final me desgarró un pequeño trozo de piel y cayó al suelo, le dí una patada, voló un par de metros y se escondió, los dos estábamos asustados.

    Me explicaron que la variedad no era venenosa para un humano (y que de serlo, la cantidad de veneno no sería tan grande como para preocuparse), inexplicablemente logró calmarme, así que simplemente se me hinchó la mano, sangró levemente durante unos minutos y el resto: una buena anécdota y un viaje de vuelta en el autobús de la excursión de lo más entretenido.

    Desafortunadamente, el peludo bicho no había estado expuesto a radiactividad, me quedé sin posibilidad de soltar telas de araña desde las muñecas, subir edificios a saltos y besar a una joven pelirroja. Bueno, lo último está por ver.

    Visto en: Béjar.